Barcelona, 11 oct (EFE).- Un cazador de 26 años ha resultado herido este sábado tras caer al vacío unos diez metros en el municipio gerundense de Albanyà, han informado a EFE fuentes de los Bombers de la Generalitat.
Estas fuentes han indicado que a las 12:39 horas han recibido el aviso de este accidente, dado por los otros nueve cazadores que acompañaban al joven.
El cazador ha caído en una zona de terreno inestable, según los bomberos, que lo han rescatado consciente del lugar con un helicóptero, con el que lo han evacuado hasta su base de Olot (Girona), donde se ha hecho cargo del herido el Sistema de Emergencias Médicas (SEM), que ha su vez lo ha trasladado al hospital gerundense Josep Trueta. EFE
La Guardia Civil intervino visores térmicos prohibidos, una cabeza sin precintar y piezas de caza de origen ilegal.
Efectivos de la Patrulla del Seprona de la Guardia Civil de Veguellina de Órbigo, han desarrollado varias actuaciones con motivo de la época de celo de los ciervos, conocida como “berrea”. Siendo esta una estación en la que dichos animales son más vulnerables, exponiéndose a la vista de las personas, lo cual los hace más fáciles de cazar, incluso en espacios abiertos.
En la Valduerna
Fruto de estos operativos, desarrollados a primeros del mes de octubre, cuando la patrulla del Seprona realizaba vigilancia en un coto de caza de la zona de la Valduerna, se percataron de la presencia de un vehículo que circulaba muy despacio por el monte. Una vez interceptado, procedieron a la identificación del conductor y su acompañante, ambos cazadores y residentes en Extremadura.
Durante la inspección del vehículo, se pudo comprobar que portaban armas para cazar, hallando en el interior dos monoculares térmicos, uno oculto entre los asientos y el otro en el maletero dentro de una mochila, dispositivos considerados prohibidos para cazar en la Comunidad de Autónoma de Castilla y León.
En Truchas
Durante la realización de otro servicio por un coto de caza del término municipal de Truchas, los agentes escuchan disparos y observan movimiento de dos vehículos todo terreno por el monte.
Se realiza vigilancia de la zona y se intercepta un vehículo circulando por un camino, inspeccionado el mismo se localiza en el maletero un arma de caza y una cabeza de ciervo macho sin precintar reglamentariamente, por lo que la misma fue intervenida. En las inmediaciones del lugar se encuentra el cuerpo del animal el cual había sido despiezado.
Igualmente, durante una verificación rutinaria se identifica a una persona, al cual le constan varios antecedentes por infracciones en materia de caza, por lo que se procede al registro del maletero de su vehículo todo terreno y se comprueba que porta varias partes de piezas de caza, (cuartos traseros, paletillas y lomos) correspondientes a dos ciervos, de los cuales no aporta documentos de trazabilidad que indique su legal procedencia.
Las conductas observadas, fueron puestas en conocimiento del Servicio Territorial de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, por ser constitutivos de supuestas infracciones a la normativa de caza de Castilla y León.
Los hechos descritos anteriormente, están tipificados en la Ley 4/2021, de 1 de julio, de Caza y de Gestión sostenible de los recursos cinegéticos de Castilla y León como graves, lo que es sancionable con cantidades que oscilan entre los 2.000,01 euros a 10.000,00 euros y la posibilidad de retirada de la licencia de caza entre uno y tres años. La sanción también lleva aparejada la indemnización del valor del animal a favor del titular del aprovechamiento cinegético que en el caso del ciervo macho sería de 5.000 euros por ejemplar.
El país registra la cifra más alta de animales muertos desde que existen datos, pese a que las licencias permanecen en mínimos históricos.
La presión sobre la fauna silvestre en España ha alcanzado cifras históricas. Aunque el número de cazadores sigue en mínimos, los resultados de la temporada 2023 muestran un récord absoluto de caza mayor: 781.000 animales abatidos, entre ciervos, corzos, gamos y jabalíes, según el Avance del Anuario de Estadística Forestal, del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
“Los rifles han batido su propio récord de grandes animales matados en España: 781.000 piezas muertas en 2023 a base de ciervos, corzos, gamos o jabalíes”, recoge el informe, es decir, el equivalente a 21.000 toneladas de animales.
Licencias en mínimos, caza en máximos
El número de permisos para cazar ha caído drásticamente desde los 1,4 millones en 1985 a 610.000 en 2023, lo que supone un ligero repunte del 2% respecto al mínimo histórico del año anterior.
“En 1999 se mataron unos 150.000 de estos animales (cinco veces menos que actualmente) cuando había el doble de permisos de caza que hoy”, destaca el Anuario.
Mientras tanto, la caza menor muestra un retroceso: de 18 millones de animales abatidos en 2022 a 14 millones en 2023, incluyendo aves, conejos, zorros y liebres.
Más armas, más mortandad
El auge de la caza mayor se refleja en el crecimiento de armas destinadas a esta modalidad. “En el año 2000 había 154.000 rifles para esta disciplina con licencia. En 2023 superaron las 390.000. Mientras los permisos generales para cazar caían un 50%, las armas largas rayadas, que son las preferidas para esta actividad, se han multiplicado un 150% más”, indica el informe.
El jabalí se consolida como la especie más cazada, con 443.000 ejemplares abatidos en 2023, seguido por el ciervo (165.000) y el corzo, que alcanzó un récord histórico de 91.000 animales muertos. “Cada temporada, los cazadores pueden matar casi de manera ilimitada jabalíes con el objetivo de contener a la especie”, advierte el Instituto de Recursos Cinegéticos (IREC) del CSIC y la Universidad de Castilla-La Mancha.
A pesar de los esfuerzos, la sobrepoblación persiste: en 2025 se declararon alertas especiales por jabalí en Andalucía, Comunidad de Madrid, Comunitat Valenciana y Cataluña.
Bosques, biodiversidad y economía rural
Del mismo modo, el Avance de Estadística Forestal 2023 subraya la importancia de los bosques españoles. La superficie forestal alcanza 28,5 millones de hectáreas, el 56% del territorio nacional, con más de 5,6 millones de hectáreas de dehesas y encinares.
“La superficie forestal española continúa creciendo y consolidándose como un pilar fundamental para la biodiversidad, la economía rural y la lucha contra el cambio climático”, concluye el informe.
En 2023, la corta de madera alcanzó 16,75 millones de metros cúbicos, con Galicia a la cabeza de la producción, seguida por País Vasco y Castilla y León. Además, se mantiene un aprovechamiento de otros productos forestales como corcho, castañas, piñones y hongos.
Un equilibrio delicado
No obstante, la caza, la sobreabundancia de ungulados y la gestión forestal reflejan un equilibrio complejo entre naturaleza y actividad humana. La ausencia de depredadores naturales, especialmente el lobo ibérico, ha dejado a los cazadores como “paliativos” frente al desequilibrio, según el CSIC.
La Guardia Civil ha denunciado a un vecino de Cantabria al que sorprendió en las proximidades de Potes cuando llevaba en su vehículo dos cabezas de venado sin precinto, de las que no pudo demostrar su trazabilidad.
El Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia Civil de Cantabria está realizando servicios preventivos de investigación durante la berrea, como los relacionados con la aparición de tres cuerpos de venado sin cabeza en la zona de Valdeprado del Río, o la localización de posible caza furtiva, entre otros.
Dentro de éstos, el pasado lunes, sobre las 21:00 horas, efectivos del SEPRONA inspeccionaron un vehículo cerca de Potes y localizaron en el maletero dos cabezas de venado.
Estas cabezas carecían del precinto obligatorio, por lo que su transporte es ilegal, al no acreditarse la trazabilidad de las mismas y desconocerse su origen.
DENUNCIA
Por estos hechos, el hombre ha sido denunciado por contravenir la Ley de Caza de Cantabria. Los hechos se consideran una infracción grave, al transportar piezas de caza o sus despieces, con el incumplimiento de la obligatoriedad de llevar el preceptivo precinto, de forma que la denuncia puede llevar aparejada una sanción que podría superar los 3.000 euros.
Los agentes intervinieron las mencionadas piezas, que han quedado depositadas a disposición del Gobierno de Cantabria.
Fue en Fornelos de Montes en el 2021 y afrontan una multa de 3.000 euros. Un agente de Medio Ambiente niega que el animal tuviese heridas o que hubiese un accidente en la escena.
Dos cazadores se sentaron en el banquillo por matar a un jabalí con cuchillo y perros en plena noche en un río, en la carretera de Vilán, en Fornelos de Montes el 13 de diciembre del 2023. Se llevaron el jabalí muerto para su casa, para usarlo como alimento. Afrontan una multa de 3.000 euros porque se trata de un tipo de caza prohibido por la Xunta por la Ley de Caza de Galicia del 2013.
Los acusados grabaron en vídeo cómo uno de ellos remataba al animal salvaje en un río, sujetado por unos perros de presa de raza alano, el cual subieron y difundieron posteriormente en las redes sociales. Un agente ambiental de la Xunta vio las imágenes publicadas en Facebook y abrió una investigación para identificar a los cazadores y comprobar si tenían licencia y permiso especial para actividades cinegéticas nocturnas y con cuchillo.
El juicio se ha celebrado este martes por la mañana en el Juzgado de lo penal número 1 de Vigo. La Fiscalía acusa a los dos implicados de un delito contra la flora y fauna y pide una multa de 3.000 euros. Sin embargo, los acusados alegan que no hacían caza sino que todo se debe a un accidente de tráfico. Según su versión, el jabalí se golpeó con los bajos del coche de uno de ellos y luego colisionó con otro vehículo que circulaba en sentido contrario, antes de escabullirse a rastras por la maleza, «muy herido, porque tenía la columna rota y las patas traseras». Aseguran que la ley obliga a rematar a las piezas heridas para evitarles sufrimientos y agonía durante días.
El conductor que colisionó con el animal llamó al otro acusado para que viniese a rematarlo con cuchillo y perros. Insistió en que el jabalí «estaba echado y no podía salir corriendo, sufría mucho».
Varios agentes desmontan la versión del accidente
El agente ambiental de la Xunta desmontó su versión. Asegura que el jabalí no estaba herido, se movía y se defendía de dos perros que lo agarraban. No había restos de un accidente. Un guardia civil también explicó en el juicio que el animal «intentaba defenderse, algo imposible si tuviese la columna rota».
Otro guardia civil añadió que para cazar con cuchillo y perros de noche «se necesitaba una autorización expresa para esa fecha concreta y con los instrumentos de caza exactos». El abogado le preguntó si no es cierto que la ley permite cazar hasta una hora después del ocaso y el agente respondió que «era noche cerrada». A lo que el agente añadió que si se obtiene un permiso, la escena de la caza debe estar geolocalizada con coordenadas.
Otro testigo aseguró que sí que existió tal accidente. «Vi una furgoneta que frenó de golpe al ver el animal y vi salir un jabalí que cruzó la carretera, lo golpeó otro coche y se escondió en una zanja y unas silvas, se escuchaba mover las silvas». Afirmó, además, que entonces aún no era de noche, mientras que una vecina de los acusados admitió que «era casi noche». «Se nos cruzó el jabalí, frenamos y nos fuimos», añadió. Otro conductor aseguró que su coche sufrió un impacto «y el jabalí salió a rastras por allí. Fue un visto y no visto».
También declaró el mecánico que revisó el vehículo presuntamente accidentado. Según su testimonio, aparecieron daños y cerdas de jabalí en la defensa y las ruedas del mismo. Sin embargo, la Fiscalía replicó que el presupuesto del taller se realizó un año después.
En el juicio se visionó el vídeo donde se ve cómo jalean a los perros que acosan al jabalí y uno anima al otro a sacar la funda del cuchillo y grita: «Dalle, dalle». La Fiscalía, aunque no duda de que hubiese un accidente en la carretera, indica que este fue leve.
Por su parte, la defensa recalcó que la propia ley obliga a los cazadores a rematar las piezas malheridas para evitarles sufrimientos. El abogado consideró muy noble que el conductor llamase a su amigo cazador y coacusado para rematar al jabalí herido sin armas de fuego. También recalcó que la zona de Fornelos es muy boscosa y la maleza cubre los arcenes de las carreteras, por lo que los conductores no pueden reaccionar si cruza un animal salvaje porque no lo ven. Añaden que el cuchillo era pequeño y sería difícil dar muerte a un jabalí de tal calibre que se revuelve. Recalcó que no hubo interés en maltratar a un animal sino en rematarlo como ordena la ley.
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