Lo llaman deporte, pero en el deporte la muerte es accidente y nunca el fin último del juego. Afirman defender la naturaleza, pero la castigan con vallas, sueltan especies en lugares donde nunca habitaron, las alimentan de modo artificial para que frecuenten los parajes donde después las disparan, eliminan a sus depredadores, y contaminan el medio con el plomo de sus instrumentos de caza. Se postulan como adalides del medio rural, pero llegan, en su mayoría, desde las urbes, conduciendo sus todoterreno, y condenan a sus gentes a la dependencia de actividades económicas de temporada, en las que la relación entre el señorito y el criado cobra un sentido propio de otros siglos.
Dicen amar a sus perros, pero los abandonan o los eliminan en cuanto no sirven, además de exponerlos a los riesgos de la práctica cinegética. Se consideran perseguidos, pero son ellos quienes portan las armas.
Defienden que el cazador existe desde que existe el ser humano; pero lo mismo sucede con el canibalismo o la xenofobia, y no por ello han de ser tolerados por la sociedad contemporánea.
La verdad de la caza es un negocio en el que todo se compra y se vende con billetes de quinientos euros. Son las aves que sueltan para ser disparadas de inmediato en el tiro de pichón. Son las realas, con decenas de animales atados a un remolque, circulando a la velocidad que determina su conductor, o hacinadas en jaulas en las que moverse resulta imposible. Es un tipo torturando a un zorro agonizante, porque le considera su competencia. Son los galgos ahorcados por cientos cada año o arrojados sin pudor en algún despeñadero; ni siquiera les merece la pena gastar munición con ellos. Es un hombre ahogando en una acequia a un joven jabalí herido. Son los perros caídos a un barranco, en una lucha a vida o muerte con un ciervo…
La verdad de la caza es lo que se ve: tortura, muerte, sangre, destrucción, negocio, mentes enfermas o manipuladas por una formación errónea, maltrato, machismo, ausencia de empatía hacia los que nos acompañan en el planeta… No el universo idílico, repleto de falsedades interesadas, que refieren quienes la practican.
NO A LA CAZA.
Vídeo con restricción de edad (basada en las Normas de la Comunidad)
Nosotras somos esas que amamos con locura a estas criaturas imperfectas que no responden a los cánones de belleza de la raza, con los cuerpos llenos de cicatrices, los dedos, las patas, las colas fracturadas o amputadas, los dientes gastados..
Nosotras somos esas que los consentimos, que los hacemos dormir en nuestra cama pensando en las jaulas, en los fríos lugares en los cuales estaban, que los vestimos con hermosos abrigos y collares, que a la noche los tapamos recordando el frío que han sufrido.
Nosotras somos esas que los adoptamos en ramillete, como flores: primero uno, después dos, tres, cuatro porque buscamos ganarle lo más posible a la muerte.
Nosotras somos esas que tenemos vergüenza de la raza a cual pertenecemos: la humana que los explota, los usa, los esclaviza, los lapida, les rompe las patas, los mata cuando no les sirven más.
Nosotras somos esas que buscamos que nos perdonen por todos aquellos que no pudimos salvar, que no lo lograron y partieron…
Nosotras somos esas que no somos capaces de dejarlos ir ni siquiera cuando están viejos y enfermos: no es todavía el momento; no hemos hecho lo suficiente para remediar los sufrimientos pasados.
Para nosotras siempre es demasiado pronto cuando se van…
Yo deseo, Hijos del Viento, que todos corran finalmente libres y felices.
A pesar de la asistencia masiva, de la cada vez mayor repercusión en medios de comunicación, es inimaginable la cantidad de animales que seguirán muriendo como consecuencia de esta cruel actividad, la caza, que siembra horror y violencia allá donde se practica. Aún así, estamos convencidas de que el camino que iniciamos hace ya 9 años nos conducirá más temprano que tarde, y de manera inexorable a su fin.
A quienes corresponde legislar, deben posicionarse al lado de las víctimas y recoger nuestro grito de NO A LA CAZA. Grito que retumbó alto y claro en 39 ciudades españolas al unísono y en 6 ciudades europeas, concienciadas con el problema que padecemos y que no permanecen indiferentes al sufrimiento.
A todas las personas que cada año lo hacéis posible: ¡GRACIAS!
Un año más, y ya van nueve, salimos a las calles en el primer domingo de febrero. Ni siquiera la fecha es casual. Coincide con el fin de la temporada de caza con galgo, la más cruel de todas las modalidades cinegéticas, que une la muerte de los animales transformados en presas con el tormento perpetuo de los que se usan como meros utensilios. Los primeros son convertidos en trofeos; los segundos, heridos, abandonados, humillados y eliminados en el peor de los supuestos. Entre los unos y los otros, millones de víctimas, por el capricho cruel de unos pocos humanos. En nada ha cambiado nuestro objetivo original: solicitar el fin de una actividad, la caza, que tiene por meta el maltrato de los seres vivos.
Tampoco ha variado nuestro deseo de rendir, en este día, un tributo especial a los perros empleados en esas prácticas. Desde el principio, los tomamos por nuestro símbolo, conscientes de la particular indefensión derivada de un supuesto derecho de propiedad sobre ellos.
No andan los tiempos para dispersar esfuerzos. No por nosotros, sino por ellos, por los millones de animales que cada año perecen, víctimas de la barbarie. No es decente hacerlo en un Estado donde el lobby cinegético impone su negocio o donde la tercera fuerza parlamentaria pretende implantar la caza o la tauromaquia como asignaturas de curso en los colegios, y se empeña en perseguir todo aquello que discuta la supremacía del hombre blanco occidental, entendiéndose el sustantivo en su doble significado de género y especie. En la historia, sobran ejemplos de quienes, por obsesionarse en perseguir lo perfecto, se quedaron impunemente en la inacción o en actos de eficacia limitada a poco más que la propia complacencia.
No será este último nuestro caso. A los militantes de la paz, de la concordia y del amor os pedimos que no nos divida la política, ni los egos, ni las legítimas diferencias de criterio, y que hagamos una de nuestras causas, para construir entre todos y todas un mundo más amable, y para exigir, como parte de ese proceso, el fin de la caza a quienes tienen la responsabilidad de legislar. Desde cualquier perspectiva, en este principio de milenio, carecen de excusa actividades humanas con fondos y formas del Medievo.
Frente a quienes, con falsedad, esconden su interés económico y lo visten de tradición, deporte, cultura y hasta de defensa del medioambiente; nosotros preferimos llamar a las cosas por su nombre. La caza es negocio, muerte, sangre, tortura, machismo, deterioro de la naturaleza, atentado contra la vida salvaje, símbolo del abandono del medio rural, el peor de los clasismos, ruidos de disparos criminales donde antes dominaba el silencio…
Nos sobran razones para pedir que os posicionéis con nosotros y gritéis ante todo aquel o toda aquella que quiera escuchar:
NO A LA CAZA CON GALGOS NO A LA CAZA CON PERROS NO A LA CAZA
En el último año y debido al creciente interés por la adopción de estos animales cada vez más comunes en parques, no puedo quedar indiferente ante la cantidad de pérdidas, no hay un sólo día que no abra Facebook y vea un nuevo cartel de «GALG@ PERDIDO en…»
La cuestión es si nos estamos haciendo la pregunta correcta; pues bien la respuesta es: NO, los galgos NO son escapistas por naturaleza.
El galgo es un animal introvertido y cauto, pero no miedoso o excesivamente tímido. Galgos que han vivido como miembros de la familia desde cachorros, que no han crecido con traumas son perros sociables, cariñosos y juguetones con personas y otros perros. Lejos de ser miedosos son animales sumamente curiosos. Por tanto de igual forma lo serán galgos que aún habiendo sido rescatados de adultos, no hayan vivido situaciones traumáticas de malos tratos
El galgo es un animal afectivo, con una alta inteligencia emocional y relacional, hay que tener en cuenta que viven en manadas o realas durante toda su vida, y que hasta el momento no hay generaciones de galgos criados para y por animales de compañía por lo que un galgo como “hijo único” está fuera de su contexto habitual y tendrá que aprender a vivir como miembro de una familia humana y en ocasiones con perros que no son de su misma raza.
Es muy importante saber que por su condición de perro de caza, cualidad que le condicionará y acompañará toda la vida, no son animales que busquen la aprobación ni la satisfacción de su dueño, no son animales complacientes que esperen pacientemente sentados que su amigo humano les tire la pelota para ir a buscarla. Por el contrario el galgo es por naturaleza independiente en sus pensamientos, con ideas propias y capacidad de decisión. Por eso, si cuando aprenden a ejecutar una orden la recompensa no es apetitosa no mostraran ningún interés por complacernos. Por el contrario desarrollan un apego felino al hogar y una fidelidad emocional al humano que les da de comer y proporciona una vida confortable. Por su naturaleza holgazana se convierten en excelentes compañeros de casa, tranquilos y dulces.
Pues bien, dicho esto y conociendo un poco más los rasgos generales de esta raza, vamos a analizar el porqué de estas fugas. Para ello vamos a dividir al galgo en dos grupos. Es importante que sepas en cuál de estos dos grupos se encuentra tu amigo para así poder establecer una correcta relación con él.
EL CURIOSO:
Un galgo, bien sea criado en casa desde cachorro o rescatado que no haya sufrido maltrato no será miedoso, ni desconfiado, ni arisco ya que si es un galgo bien sociabilizado no le asustarán los ruidos extraños ni los desconocidos. Ten en cuenta que a pesar de ello, si esta recién rescatado o no lleva un tiempo en su nuevo hogar, no te conoce por lo tanto no confía en ti. La confianza es primordial a la hora de tratar con estos animales. Al igual que entre las personas se requiere del conocimiento mutuo y de compartir el adquirir respeto y lealtad. Por lo tanto si te encuentras en este último caso, aunque tu galgo no tenga traumas ni miedos. NUNCA LO SUELTES EN LUGARES ABIERTOS hasta que no haya pasado el tiempo necesario para que se haya forjado esa confianza. En ocasiones un galgo curioso, puede ser una bomba de relojería, da igual cuanto tiempo lleve a tu lado. Su curiosidad unida a su larga visión y velocidad son muchas veces motivos de pérdida, bien por extravío o por accidentes. En este punto el galgo que ya confía en ti podrá pasear suelto por el campo, el monte o grandes parques, por lo tanto ningún completo Kit anti-escape te garantiza su seguridad.
Los animales, son instintivos primarios de ahí que necesiten pautas concretas y órdenes concisas aprendiendo por repetición. Si tomamos en consideración la condición de galgo entonces debemos saber que a un galgo no puedes enseñarle a no irse, debes enseñarle a volver. El galgo curioso corre hacia todo lo que le llama la atención y esté en movimiento, fácilmente puedes encontrarlo a tu lado de la forma más relajada y antes de que puedas darte cuenta saldrá corriendo y estará a 200 metros de distancia. Cuando fija su objetivo, no vale de nada gritarle ni correr tras él, en ese momento ni siquiera te escucha. Un galgo puede alcanzar su máxima velocidad de 0 a 3 segundos, da igual cuanto grites o corras, hasta que no llegue al punto fijado para saciar su curiosidad no tomará en cuenta tu llamada.
¿QUÉ PODEMOS HACER?
● Trabajar la educación: Al ser animales acostumbrados a vivir en comunidad tienen muy arraigada la jerarquía, la educación comienza por que comprenda qué lugar les corresponde en su nueva manada. Ya sea cachorro o adulto, es el último en llegar y por tanto ha de ser tratado como tal. Evitar la pena y la excesiva condescendencia, pensar un momento como actuarían entre ellos. El nuevo ha de ganarse el respeto de los demás. Evitar los excesivos mimos o tomar posesión de nuestro espacio, no darle de comer mientras lo hacemos nosotros y dejar que nos sigan permanentemente nos ahorrarán muchos problemas. Ellos no poseen un razonamiento lógico, ante una mala educación no responderán de la forma deseada.
● Trabajar la confianza: Una vez observado que nuestro galgo está bien educado, simultáneamente progresaremos trabajando la confianza. Debe entender que eres tú quien proporciona su bienestar, tu hogar es su refugio, tu mano su supervivencia y que a tu lado nada malo va a pasarle; eso no quiere decir que tengas que darle una sobreprotección, al contrario debes de sociabilizarlo dejándole jugar con otros perros y acercarse a curiosear lugares y personas. Dentro de este punto, trabajaremos órdenes como sentarse o levantarse, salir, quedarse en casa solo y muy importante la llamada. Debe de aprender que puede alejarse pero ha de volver cuando le llames, debe ser él quien esté pendiente de ti. La confianza hará que el galgo desee estar contigo y formar parte de tu vida.
● Trabajar la sociabilización: Llevándole a lugares donde pueda jugar con otros perros, haya personas, luces, ruidos. Aunque no sea inseguro son animales que generalmente vienen del campo por lo que todos estos agentes externos son nuevos para él.Dentro de una buena sociabilización y estabilidad juega un papel muy importante el ejercicio físico, al galgo le gusta correr, ser perseguido y perseguir. No le prives de ello pues no es cierto que EL GALGO DE CASA NO NECESITE CORRER. Forma parte de su naturaleza, de su bienestar y disfruta con ello más que con cualquier otra cosa. Verlos correr es una experiencia única. Cuando veo a la manada correr por el campo como si no hubiera un mañana, puedo sentir a través de ellos una infinita sensación de libertad.
● Trabajar el conocimiento del entorno: Son animales de campo abierto y grandes distancias, tienen muy mal olfato pero una excelente vista y son capaces de orientarse por el sol. La curiosidad les hace ser exploradores natos y en ocasiones parece que todo el campo es insuficiente. Cuando han explorado un territorio tienen la necesidad de ir más allá. Antes de pensar que ya tienes la suficiente confianza para soltarle es importante que conozca el entorno, lo que a ti te parece una excursión interminable para él es un paseo, así que los alrededores de tu casa y un poco más allá tienen que ser completamente reconocidos. Contenedores de basura, ya que son carroñeros, lugares donde haya comunas de gatos, fincas con otros perros…Esto aunque no pueda ser una garantía al cien por cien, sí ayudará a que si se despista o extravía, pueda volver a su casa o a ti saber dónde puede haber ido.
● La seguridad: Todo galgo debe de ir provisto de un collar especial denominado martingale o anti escape, deben de ser de tela resistente y anillas fuertes que no cedan fácilmente ante un tirón y sobretodo que este vaya bien ajustado a su cuello. Una correa de nylon (en este caso da igual que sea larga o corta), preferiblemente que no pese demasiado, muy recomendables las correas de tres posiciones que puedes llevar sujetas a tu cuerpo a modo de bandolera. Un silbato que él reconozca como llamada, te garantizara que pueda oírte aunque este lejos.
Son muchos los peligros que acechan a este galgo por lo que NUNCA, por mucha confianza o años que lleve con nosotros le soltaremos en ciudad por calles donde haya tráfico o gente y tampoco lo haremos en pequeños parques o plazas. Como he dicho antes, saldrá corriendo hacia lo que le llame la atención, un gato, otro perro, una persona conocida lo que puede ocasionar accidentes no deseados o desenlaces fatídicos. Ten anticipación, conocer a nuestro galgo es poder reconocer el peligro y poner remedio. Si le soltamos en campo abierto o monte que no sea su lugar habitual hay que procurar no perderlo de vista y saber que reconoce o atiende perfectamente al sonido del silbato como orden «VEN AQUÍ». Los galgos no suelen perderse pero es fácil que se distraigan o entretengan si han encontrado una madriguera o algo de carroña que puedan comerse. Como suelen llevarse a la boca todo lo que se encuentran, pon atención a las zonas de basuras pues aunque está prohibido muchas veces ponen veneno, también en los parques de ciudades donde anti animalistas lo esparcen en un acto cruel de terminar con lo que ellos consideran una molestia. Tener cuidado cuando soltamos al galgo en un pipi-can, en ocasiones los vallados de estas instalaciones no son demasiado altos, son capaces de saltar grandes alturas por lo que una valla de menos de 2 metros no es garantía, sobre todo si puede verse el exterior.
Sabed que los galgos pueden desorientarse fácilmente con el viento, durante días ventosos es preferible sobretodo estando solos sin compañía de otros galgos o perros, no perderlos de vista. Si van a la contra del viento es muy probable que se alejen y no puedan oír nuestra llamada.
EL INSEGURO
Aunque aquí lo determinemos como un grupo, más que una característica del galgo, es un estado, normalmente pasajero. Ante este galgo nuestra mejor arma será el amor y la paciencia.La inseguridad viene producida por una vida miserable, llena de malos tratos. Palizas, falta de alimentos, necesidad de protegerse ante ciertos miembros de una manada en la misma situación.Cuando llega un galgo con estas característica deberemos entender que no solamente esa vida a dejado secuelas traumáticas, sino que además es la única vida que conoce, le apartamos de los suyos o recogemos de la calle donde había sobrevivido mucho tiempo para llevarlo a nuestra casa, pero él no lo sabe. Ha aprendido a ser desconfiado y temer lo desconocido, por lo que una ciudad con sus coches, ruidos, luces, gente será algo horrible. Los humanos son seres que pegan y castigan por lo que mejor huir de ellos.La mejor arma del galgo es su velocidad, no es un animal de defensa así que no se enfrentará el miedo atacando, a menos que este acorralado y sin salida, lo que hará será salir corriendo ante ese sentimiento de terror.
¿QUÉ PODEMOS HACER?
● Trabajar la confianza: De la misma forma que lo haríamos con un galgo sin traumas aunque armándonos de paciencia. Muchas veces si somos personas impacientes podemos vernos frustrados al tardar en conseguir nuestros objetivos. Hay que tener en cuenta que cada animal necesita su tiempo ya que no todos son iguales y la vida que les han dado sus antiguos dueños ha marcado su carácter para siempre. No todos tendrán el mismo grado de temor y desconfianza pero lo que es generalizado es que suelen temer a las mismas cosas.Si esta recién llegado trataremos en un primer momento de no enfrentarlo a situaciones de pánico. Suelen tener miedo de los ruidos fuertes como petardos, aspiradores. Las luces nocturnas y los coches. Hay algunos que temen a las sombras y la mayoría tienen terror a todo lo masculino: la voz grave, la presencia, el olor…La unión hace la confianza, si no hay otros animales en casa a quien el nuevo miembro pueda tomar como referencia, seremos nosotros quienes tendremos que acompañarle y enseñarle que ha llegado a una nueva vida donde nada ni nadie va a volver a hacerle daño.No se trata de mimarlo en exceso ni a ceder a todos los caprichos, el simple hecho de estar ahí cada día, a su lado, abrigándolo y alimentándolo serán suficientes para establecer un primera aunque frágil relación de confianza.Sentarnos a su lado, sin mirar, sin tocar, sin hablar, respetando su espacio e intimidad pero a su vez regalarle nuestra presencia serena. Un paquete de chuches que le gusten para que su curiosidad le haga poco a poco acercarse a comer de nuestra mano le ayudaran a salir de ese estado de aislamiento.Cuando le hables hazlo en tono suave, sin movimientos bruscos y si hay niños pequeños en casa procura que sean educados y respeten su espacio.
● Trabajar la socialización: Son galgos que han tenido muy poco contacto humano, si no han salido de un zulo en su vida salvo para cazar no saben ni pueden desenvolverse en una ciudad. Muchos se quedan paralizados y otros intentan huir para esconderse. Poco a poco comenzaremos dando paseos por lugares y horas poco concurridas, siempre cercanos a nuestra casa y a las mismas horas, dejaremos que huela y reconozca su entorno. Nos encontraremos con casos que no son capaces de caminar más de diez metros antes de quedarse paralizados por el miedo, no le obligues, deja que se relaje y ofrécele una chuche antes de continuar, cada día un poco más, veras que pronto es capaz de llegar hasta el parque.No le obligues a enfrentar situaciones desagradables, como pasar cerca de personas o perros, para eso es recomendable hacer uso de una correa larga (unos dos metros) y dejarle que sea el cuándo y a qué distancia desea pasar, al principio lo rodeara pero trascurrido un tiempo se dará cuenta que no hay peligro e irá acortando la distancia. No le obligues a oler a otros perros pero si alguno se le acerca sujétalo fuerte sin tirar ni obligar pero no le retires, permítele que se le acerquen y sea él quien ponga la distancia.Pasea relajado sin miedos ni tensiones, tu miedo e inseguridad son trasmitidos a través de la correa y lejos de darle confianza lo que provocaras es un estado de ansiedad.Lleva siempre chuches ricas para poder ofrecérselas en casos de entrar en estado de pánico o ansiedad pero no se las des nunca mientras esté en ese estado. Párate, respira, relájate o siéntate a su lado en mitad de calle si es necesario, espera a que este tranquilo y cuando haya pasado, dale la chuche y continua.Si tiene mucho miedo procura caminar despacio permitiéndole oler y observar.
● La seguridad. Con estos galgos no dejes nada a la improvisación, cualquier situación inesperada puede desencadenar el pánico y la necesidad de salir huyendo. Conocerlo y determinar que lugares y cosas le producen más estrés nos ayudara en su rehabilitación.Usa siempre un collar anti-escape, bien ajustado a la parte más estrecha del cuello, cuidado pues si el collar está muy usado la tela está bastante flexible y se desajustan por si solos haciéndose más grandes pudiéndose salir en caso de tirón, así que asegúrate de que al ajustarlo no se afloja con facilidad. Una correa larga de unos dos metros, que puedas ponerte en bandolera. Si es excesivamente miedoso es conveniente un arnés de seguridad especial para galgos.El uso de arneses convencionales no sirve para nada ya que dada la fisonomía del galgo se salen con demasiada facilidad, basta un tirón hacia atrás para que te quedes con él en la mano. Con estos galgos bajo ningún concepto utilizaremos collares tradicionales o los llamados de galguero que tienen el formato del tradicional pero son algo más anchos por un lado, tampoco la combinación de collar tradicional con arnés convencional es recomendable.No lleves la correa sujeta solo por la mano, introdúcela por la muñeca y dale una vuelta, si da un tirón es preferible que te deje una marca a la pérdida. NO uses nunca correas flexi, con un tirón se rompen con facilidad, pero si huye con ella colgando, la carcasa de agarre de plástico irá tras él haciendo un ruido que el galgo interpretar como amenaza y no parara de correr.Si sale corriendo no salgas gritando despavorido tras él pues se asustará más; intenta no perderlo de vista y avisa rápidamente a la gente de la zona, conocidos y amigos. Puede que no le cojáis ese día, pero un galgo localizado tiene muchas posibilidades de ser un galgo salvado.
NO LO SUELTES, bajo ningún concepto, hasta que no haya pasado un tiempo prudencial contigo y haya adquirido confianza como para querer permanecer a tu lado y sienta la seguridad que le proporcionas (esto, no pasa en un mes), ni siquiera en un pipi-can, cualquiera puede dejar la puerta abierta, puede asustarlo otro perro o una persona que grita. Si lo sueltas hazlo solo en una finca vallada donde el cerramiento tenga más de dos metros y medio como mínimo.
NUNCA LO SUELTES EN CAMPO ABIERTO, puedes perderlo de vista en segundos y no volverlo a encontrar jamás. Si ya ha pasado tiempo y ha ganado confianza como para atender a tu llamada suéltalo si está en compañía de otros galgos a quienes conoce.Es muy recomendable que busquéis otros galgos en la zona ya que entre ellos tienen un comportamiento diferente y seguro ayudarán en su rehabilitación.Ten mucho cuidado con dejar abierta la puerta de la entrada, aunque su miedo no les llevara a salir, no te fíes puede que un ruido inesperado les haga salir corriendo hacia la calle. No te marches de casa sin echar la llave, son muy inteligentes, aprenden con facilidad a abrir puertas, cajones etc… Sobre todo si desean alcanzar lo que hay al otro lado.
RECORDAR QUE LOS GALGOS SON TAN ESPECIALES COMO IMPREVISIBLES. CONOCERLOS ES AMARLOS Y AMARLOS ES VELAR POR SU BIENESTAR. DE NOSOTROS DEPENDE GARANTIZAR SU SEGURIDAD
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