La Asociación NAC – No a la Caza con Galgos y otras Razas ha presentado hoy sus alegaciones al borrador del Real Decreto sobre Núcleos Zoológicos de Animales de Compañía, un texto que, una vez más, excluye a los perros utilizados para la caza y a las rehalas de las garantías que sí se aplican al resto de animales de compañía.

Esta exclusión reabre una herida que nunca debió existir. Cuando se aprobó la Ley 7/2023 de Protección de los Derechos y el Bienestar de los Animales, desde NAC denunciamos con firmeza que dejar fuera a los perros de caza, rehalas y animales de trabajo era un error injustificable, que condenaba a miles de animales a seguir sin protección efectiva.
Hoy, ese error se repite en el desarrollo reglamentario de la norma, y nos obliga —una vez más— a defender con más fuerza que nunca a quienes no tienen voz.

“La salud y el bienestar no entienden de etiquetas.
Un perro es un perro, y todos merecen la misma protección”,
—declaramos desde NAC.

Una cuestión de salud y de justicia

Las alegaciones presentadas por NAC advierten de que excluir a las rehalas del control como núcleos zoológicos supone un riesgo sanitario real.
Sin supervisión veterinaria ni programas sanitarios obligatorios, las instalaciones cinegéticas pueden convertirse en focos de enfermedades que afectan tanto a los propios perros como, potencialmente, a la salud pública.

Pero más allá del riesgo sanitario, está la cuestión moral y legal: si todos los perros deben estar identificados, controlados y protegidos, ¿por qué unos sí y otros no?
Esta distinción no tiene justificación posible y perpetúa una desigualdad que contradice el espíritu de la protección animal que la sociedad española demanda.

Lo que pedimos desde NAC

En nuestras alegaciones solicitamos que el nuevo Real Decreto:

  • Incluya a las rehalas y perros de caza dentro de la definición de núcleos zoológicos.
  • Garantice el control veterinario, la trazabilidad y la inspección de todas las instalaciones donde se mantengan perros en grupo.
  • Aplique los mismos estándares de bienestar y bioseguridad que ya se exigen a criaderos, refugios o residencias caninas.

Por una ley que no deje a nadie atrás

Desde NAC llevamos años denunciando el abandono, el maltrato y la falta de control que sufren muchos perros de caza.
La exclusión de estos animales en la Ley de Bienestar Animal fue un paso atrás que rompió la esperanza de lograr una protección integral.
Ahora, este Real Decreto ofrece una oportunidad para corregir ese error y avanzar hacia una legislación coherente, equitativa y verdaderamente protectora.

“No pedimos nada extraordinario: pedimos justicia.
Que la ley proteja a todos los perros por igual.
Porque su vida, su salud y su dignidad no pueden depender del uso que se les dé.”

La vida de miles de perros de caza depende de que los responsables de la legislación escuchen esta vez.
Desde NAC seguiremos trabajando para que ninguna ley, decreto o reglamento vuelva a dejarles fuera.