Nosotras somos esas que amamos con locura a estas criaturas imperfectas que no responden a los cánones de belleza de la raza, con los cuerpos llenos de cicatrices, los dedos, las patas, las colas fracturadas o amputadas, los dientes gastados..
Nosotras somos esas que los consentimos, que los hacemos dormir en nuestra cama pensando en las jaulas, en los fríos lugares en los cuales estaban, que los vestimos con hermosos abrigos y collares, que a la noche los tapamos recordando el frío que han sufrido.
Nosotras somos esas que los adoptamos en ramillete, como flores: primero uno, después dos, tres, cuatro porque buscamos ganarle lo más posible a la muerte.
Nosotras somos esas que tenemos vergüenza de la raza a cual pertenecemos: la humana que los explota, los usa, los esclaviza, los lapida, les rompe las patas, los mata cuando no les sirven más.
Nosotras somos esas que buscamos que nos perdonen por todos aquellos que no pudimos salvar, que no lo lograron y partieron…
Nosotras somos esas que no somos capaces de dejarlos ir ni siquiera cuando están viejos y enfermos: no es todavía el momento; no hemos hecho lo suficiente para remediar los sufrimientos pasados.
Para nosotras siempre es demasiado pronto cuando se van…
Yo deseo, Hijos del Viento, que todos corran finalmente libres y felices.
Palabras de Anna Galleni