La Peste porcina africana evidencia un modelo cinegético insostenible
La aparición de casos de Peste Porcina Africana (PPA) es una alerta sanitaria grave. Desde NAC, queremos manifestar nuestra preocupación por todos los animales afectados: los jabalíes que enferman y mueren, los animales explotados en la ganadería que pueden verse amenazados por la expansión del virus y los ecosistemas que podrían sufrir graves desequilibrios.
Precisamente por eso exigimos rigor, transparencia y responsabilidad. Y precisamente por eso rechazamos la narrativa que intenta reducirlo todo a “matar más jabalíes”.
Cría y suelta: la sobrepoblación no es natural
- Granjas cinegéticas, sueltas en cotos y alimentación suplementaria han provocado un crecimiento artificial de la población de jabalíes.
- Organizaciones ecologistas señalan que el alarmismo actual oculta este hecho fundamental: el modelo cinegético ha incentivado la abundancia de jabalíes durante décadas.
- El sector se beneficia de un ciclo que él mismo genera: más cría y sueltas → más animales → más jornadas de caza → y, cuando conviene, más batidas “de control”.
Batidas sin bioseguridad: una falsa solución
- El sector cinegético no ha presentado un plan público y sólido de bioseguridad para las batidas que reclaman: ni protocolos de desinfección, ni garantías en el transporte de animales abatidos, ni supervisión veterinaria adecuada.
- Entidades ambientales advierten que este tipo de actuaciones, lejos de frenar la PPA, pueden facilitar su dispersión.
- En plena alerta sanitaria, promover matanzas sin protocolos estrictos es irresponsable y contraproducente.
Medidas urgentes y responsables
Para detener la expansión del virus y evitar futuras crisis, exigimos:
- 1. Suspender la cría, suelta y repoblación de jabalíes mientras dure la alerta sanitaria.
- 2. Implantar protocolos estrictos de bioseguridad para cualquier actividad cinegética.
- 3. Someter granjas cinegéticas a inspecciones regulares, con las mismas medidas de control sanitario que se exigen a las explotaciones destinadas a consumo humano.
- 4. Control de cotos privados para evitar la dispersión del virus.
- 5. Reforzar la vigilancia epidemiológica, el control de residuos y la gestión ambiental responsable.
La PPA es un problema serio que requiere medidas serias. Culpar a la fauna sin revisar las prácticas que han impulsado su crecimiento es una distracción peligrosa.
La caza, tal y como se practica hoy, ha contribuido al problema y no puede presentarse como solución sin asumir responsabilidades ni garantizar bioseguridad.
Desde NAC seguiremos exigiendo transparencia, prevención y una gestión basada en criterios científicos, éticos y sanitarios.