Foto: JAVIER LÓPEZ MORÁN

El mundo cinegético y las administraciones son los enemigos  naturales de la fauna silvestre. Los primeros de forma directa con sus disparos, persecuciones y masacres indiscriminadas que destruyen, no solo a los animales a los que tirotean de forma directa, sino toda la cadena natural trófica y los espacios en los que viven los animales. Los segundos lo son  por omisión de sus deberes y obligaciones de protección a los animales y por su apoyo y financiación al mundo cinegético y a todos aquellos centros de recuperación que, no solo no protegen a los animales silvestres, sino que suponen una estafa absoluta a la vida y a las personas que confían en ellos.

Además de esto, muchas acciones individuales hechas con la mejor de las intenciones por cualquiera de nosotr@s pueden ocasionar mucho daño a los animales silvestres.

Aquí os dejamos algunas de las cosas que,, según nuestra opinión, no debemos hacer: 

1- Alimentar a los animales adultos sanos si no hay una causa mayor ( inundaciones,  incendios, temporales…) que lo justifique.

Esto sucede mucho con zorros. Estos animales, curiosos y sociables por naturaleza, tienden a acercarse a los humanos  para conseguir algo de comer. Con toda su buena intención, es muy probable que alguien les dé comer con la mano o que se acerque demasiado convirtiendo al zorro en carne de cañón de escopeteros.
Un animal silvestre que confíe en los humanos, es un animal muerto.
En caso de tratarse de un cachorro, un animal  enfermo, mutilado, herido, etc, hay que rescatarlo con ayuda de personas especialistas en ello y llevarlo a un sitio adecuado ( en la mayoría de los CREAS y en los CRAS a los animales considerados cinegéticos los eutanasian sin miramientos) para posteriormente intentar reintroducirlo, en caso de que se pueda.
Si es un animal adulto y sano y no existe ninguna situación excepcional de incendio, temporal, etc, no debemos interactuar de ningún modo con él, y en caso de que se dé dicha situación excepcional los alimentos nunca se dan con la mano, se dejan por la zona con el fin de que los animales los encuentren pero sin relacionarlos con los humanos.

2 – Coger animales, estresarlos, causarles heridas y lesiones.

Esto es aplicable para todo tipo de animales, insectos, anfibios, reptiles, peces …Si no es para rescatarlos o ayudarlos, no se tocan.
Las fotos, los vídeos y los caprichos humanos no valen ni un minuto de estrés de un animal que está en su hábitat realizando su ciclo vital.¿Os gusta la fotografía? Compraos un teleobjetivo.
Es importantísimo enseñarles a los niños que a los animales se les observa, se les contempla, se les estudia y se les admira, pero no se les toca ni se les daña de ningún modo. No se meten en botes, no se llevan a casa, no se cogen con redes. Se les deja en paz .
En caso que haya que rescatarlos de algún peligro se deben coger con un cuidado extremo y si es posible con guantes, especialmente a los herpetos.

3- Mover piedras, alterar el espacio, acercarse a nidos, tocar las madrigueras…Todo tiene su función y posiblemente sea aprovechado por algún animal como refugio, como escondite, como madriguera…

Debajo de las piedras viven insectos, reptiles, arácnidos y micromamíferos y si las levantamos les dejamos sin protección y sin refugio.

Los nidos de las aves están situados de forma estratégica para ocultarse de los depredadores, de modo que alterar cualquier elemento del entorno puede dejarlos en una situación vulnerable.

Tampoco debemos acercarnos puesto que nuestra huella de olor puede atraer a otros animales.

4- Expoliar el monte llevándonos todas las moras y otros frutos ya que son alimento de muchos animales.

5- Tener animales silvestres en cautividad incluidas arañas, peces en peceras, reptiles y anfibios. Compartir fotos, vídeos o darle like a estas imágenes de animales desnaturalizados, fomenta el comercio y el tráfico con todas las muertes que ello conlleva.

6- Acudir a zoológicos o a lugares en los que haya animales cautivos que no sean verdaderos centros de recuperación o santuarios. 

En cambio, cambiar nuestros hábitos alimenticios, dejar de invadir sus hábitats, educar a los niños en el respeto a los animales, recoger basura, recorrer el monte en busca de trampas para los animales para denunciarlas y retirarlas, buscar puntos de agua artificiales que supongan un peligro e instalar rampas hechas con piedras o tablones para que puedan escapar  y  rescatar a todos aquellos que lo necesiten, son acciones individuales que mejorarán de forma sensible la vida de los animales silvestres.

Texto: ALICIA ROA | Free Fox · Nuestros amigos los zorros

Foto: JAVIER LÓPEZ MORÁN