Un proyecto convertido en furgoneta que irá por las ciudades donde más abandono se registra para sembrar la semilla de la concienciación a los más pequeños . Galgos del Sol
El 77% de los españoles rechaza los toros; el 80% no acepta la caza deportiva, y el 84% no ve aceptable la exhibición de los animales en circos. Además, otras actividades en las que se emplea animales merecen incluso mayor reproche social. Por ejemplo, el 86% de los encuestados vetaría las investigaciones con animales destinadas a la producción de cosméticos y el 90% no ve aceptable que sirvan para confeccionar abrigos de piel (porcentajes con color rojo y amarillo en la gráfica).
Así lo indica una encuesta en la que han sido consultadas 2.033 personas de toda España y en la que se aprecia como los ciudadanos perciben cada vez más a los animales como seres cercanos, con emociones similares a los humanos, con una visión que impugna el uso en espectáculos públicos organizados para el entretenimiento. El trabajo fue llevado a cabo por la Fundación BBVA.
Los valores medioambientalistas suscitan una adhesión generalizada
Los españoles tienen percepciones muy diferentes sobre el uso de animales, dependen de la finalidad buscada. Por ejemplo, frente al rechazo a su uso en espectáculos y fiestas, el 82% acepta que puedan ser empleados en investigaciones veterinarias; un 73% lo avalan en investigaciones médicas que mejorar la salud, y un 72% lo ven bien para ampliar el conocimiento de la vida.
La encuesta pone de manifiesto que los valores medioambientalistas suscitan una adhesión generalizada en España. De hecho, existe casi un consenso en torno a la idea de que “el planeta Tierra es una joya que debemos preservar” o de que el equilibrio de la naturaleza es “delicado y fácilmente alterable” por la actividad humana. Es también la mayoritaria afirmación de que se debe preservar la diversidad de plantas y animales.
¿Hasta qué punto le parece que es o no aceptable el uso de animales para cada una de las situaciones que le leo a continuación?
Distribución y media e una escala de 0 a 10, en la que 0 indica «totalmente inaceptable» y 10 «totalmente aceptable».
Una mayoría niega que el crecimiento económico sea más importante que proteger la naturaleza
A la vez, la prosperidad material y la conservación del medio ambiente no se perciben como valores excluyentes, sino que predomina la visión de que “se puede crecer económicamente y a la vez proteger la naturaleza”.
Son minoritarios (40% frente al 60%) los sectores que están en desacuerdo con que “la explotación de la naturaleza es inevitable si la humanidad quiere progresar”. Pero el 56% frente al 44% discrepa con la idea de que el crecimiento económico es más importante que la protección de la naturaleza, mientras que un 66% están en desacuerdo con que los seres humanos tenemos derecho a dominar a los animales.
En conjunto, (y como conclusión en este punto), en la sociedad española predomina claramente la visión no materialista (43%) y la intermedia (46%) sobre la materialista (11%).
Esta visión no materialista de la naturaleza es más común entre las mujeres, los jóvenes y quienes tienen estudios de segundo y tercer grado; y lo mismo ocurre entre los encuestados con bajo nivel de religiosidad o entre quienes se identifican con la izquierda.
Los animales sienten dolor físico y miedo manera similar a los seres humanos
Amplias mayorías de españoles consideran que los animales sienten dolor físico (lo cree un 94% de los encuestados) y miedo (90%) de manera similar a los seres humanos, así como que tienen emociones parecidas a la nuestras (84%) y que siente placer de manera parecida (81%).
Con respecto a las capacidades cognitivas la mayoría considera, por un lado, que los animales tienen memoria y recuerdos similares a los seres humanos (80%) y también, aunque de manera mucho más moderada, que poseen capacidad del lenguaje (68%). Por el contrario, la mayoría no cree que su capacidad para planificar acciones sea similar a la humana ni que su manera de pensar sea parecida a la de los humanos.
Son mayoría aplastante también los que consideran que los animales tienen vínculos familiares similares a los de los seres humanos (lo cree un 86%) y, de manera menos marcada, que establecen relaciones de dominio y sumisión similares a los nuestros (77%).
Si es necesario porque hay que resolver el “problema” que supone la “sobrepoblación” de algunos animales, ¿cómo es posible que haya que soltar millones de ellos cada año en el campo o en el monte para cazarlos?
Hace unos días miles de personas salíamos a la calle para pedir el fin de la caza.
La caza es una actividad violenta, que apenas practica el 1% de la población y que, sin embargo, durante meses secuestra nuestros montes y campos, sembrándolos de muerte y sufrimiento e impidiéndonos disfrutar de estos espacios, que convierten en una trampa mortal, al 99% de la población restante.
Quienes cazan ejecutan animales a tiros.
También los destripan y acuchillan, después de que los perros, utilizados como herramientas, les hagan primero el trabajo sucio de perseguirles, capturarles y dejarles casi muertos, con el cuerpo cubierto de mordiscos.
Hieren animales que mueren tras agonizar durante días, incluso semanas.
Dejan crías huérfanas, que mueren de inanición, esperando a unos padres que nunca llegarán.
Por no hablar de los incontables zulos en que mantienen a los perros en unas condiciones deplorables para, una vez dejan de servir a su propósito, ser ahorcados, lanzados a pozos o en sacos a ríos.
El principal argumento que esbozan quienes ejercen tal violencia contra los animales y quienes obtienen de ella suculentos beneficios, es su necesidad para mantener el equilibrio en los ecosistemas (y no entro a valorar la visión antrópica de los ecosistemas).
Sin embargo, la realidad es que la caza no resuelve ningún problema. Al contrario, los genera.
¿Sabías que por todo nuestro territorio hay granjas “cinegéticas”? Es decir, granjas, en que se crían animales, que después se sueltan para ser cazados.
Según los últimos datos estadísticos referidos a la caza, publicados por el ministerio de agricultura, sólo en el año 2022 se soltaron más de 3,5 millones de animales para ser cazados. Entre estos animales encontramos conejos, liebres, jabalíes, muflones, palomas, perdices, …
¿Sabías que incluso se importan y sueltan en nuestro territorio animales silvestres procedentes de otros países? De hecho, con los movimientos de jabalíes, hay gran preocupación en toda Europa por la posible expansión de la peste porcina.
Si es necesario cazar porque hay que resolver el “problema” que supone la “sobrepoblación” de algunos animales, ¿cómo es posible que haya que soltar millones de ellos cada año en el campo o en el monte para cazarlos?
Las estadísticas de caza, que incluyen la cifra de animales ejecutados a manos de los cazadores desde 2005, indican que, de media, cada año son masacrados más de 19 millones de animales en nuestros campos y montes.
¿Cómo es posible que cada año se cacen millones de animales y el año siguiente siga habiendo los mismos millones de animales que cazar?
Es más que evidente, con este extenso histórico de datos, que la caza es un “método” absolutamente ineficaz para realizar ese control poblacional con que se excusa esta actividad sanguinaria.
No sólo eso, sino que la caza se podría considerar un palo en la rueda para gestionar las poblaciones de animales silvestres, en cuanto que impide que se lleven a cabo otras prácticas, que sí podrían controlarlas a largo plazo, sin provocarles la muerte como, por ejemplo, la aplicación de anticonceptivos, que ha dado buenos resultados en un ensayo realizado en jabalíes que lidera la Facultad de Veterinaria de la Universidad Autónoma de Barcelona y que requiere de financiación y apoyo institucional para continuar.
Así que, la caza, lejos de ser una solución, es un problema. Para los animales, para los espacios naturales y para quienes, en paz y sin dañarlos, queremos disfrutarlos.
Por este motivo, y mientras quienes nos gobiernan continúen financiando y plegándose a los intereses de quienes hacen de una actividad tan cruel y perniciosa como arcaica, un modo de diversión, seguiremos exigiendo su fin.
Aunque el Día 1 de Febrero se celebre el Día del Galgo, el motivo que impulsa este efeméride no tiene nada de festivo. Es el momento en el que se acerca el fin de la temporada general de caza y, por lo tanto, la mejor oportunidad para algunos de los cazadores de deshacerse de unos perros «que ya no les sirven» para el desarrollo de dicha actividad. Todo cazador sabe que el galgo es el canino más rápido que existe, con un olfato, instinto y reflejos inmejorables y, por ello, la compañía perfecta para dar caza y muerte a las presas de temporada.
Lo incomprensible es, no solo que sean abandonados cuando ya no les son rentables, sino el cruel ensañamiento con el que se hace. En vez de cuidarlos y criarlos, si acaso, hasta el año siguiente, muchos propietarios se los ‘quitan de encima’ de la peor manera. A los dos o tres años (como mucho), los galgueros optan por cambiarlos, aunque estén sanos y en perfectas condiciones para la vida. Por no hablar de los enfermos, «que han contraído distintas patologías tras haber vivido largo tiempo en el hacinamiento, a la intemperie y sin pasar por el veterinario«, tal y como explica el abogado de animales Eloi Sarrió.
Ana Francisco, una reportera enamorada de los galgos
Por ello, es habitual que, en el mes de febrero, las asociaciones se desborden rescatando galgos que vagan perdidos por la calle, que están atados a los árboles o que, en el peor de los casos, han sido enterrados o ahorcados sin piedad. Una deplorable costumbre que conoce muy bien la reportera de televisión Ana Francisco: «Cuando era pequeña, en mi pueblo, me encontré con varios galgos colgados. Y, por eso, siempre supe que una parte de mi vida estaría dedicada a ellos», ha dicho a Informativos Telecinco web como miembro regio de la asociación Puro Galgo.
Cuando era pequeña, en mi pueblo, me encontré con varios galgos ahorcados. Y, por eso, siempre supe que una parte de mi vida estaría dedicada a ellos.
Y tanto que ha sido así. En el año 2012, Ana adoptó a su primera galga, Cuba. Ésta era una perra que había sido utilizada para las carreras y que apareció perdida por las inmediaciones de la Universidad de Elche. Con mucho mimo y paciencia, Puro Galgo consiguió que la galga se acercara a ellos, pues su primera reacción era «ladrar y enseñar los dientes», algo muy significativo en una de las especies más mansas del mundo. En cuanto la vio en el refugio, la reportera de CQC se enamoró de ella: «Tenía unos 30 perdigonazos por todo el cuerpo y la enfermedad de las garrapatas. Ahora, después de casi 15 años, es una perra vieja y feliz», dice, orgullosa y contenta.
Y ése fue el inicio de su camino en favor de los galgos, que siempre han encontrado abiertas las puertas de su casa, ubicada en Asturias. Tras Cuba vinieron Selva y Robe y muchos otros que ha tenido en modo de acogida y por los que también sintió (y siente) un amor extremo. Tanto, que nunca le ha importado gastarse el dinero en adaptar su finca, con fuentes y puertas abatibles, para que sus galgos puedan vivir con la máxima libertad posible. Ha llegado a tener «hasta 10 galgos juntos» y, en este momento, está muy centrada en la rehabilitación psicológica de un galgo «que está completamente bloqueado», que «no huele ni olfatea» y al que intenta enseñar que «los humanos no son un peligro».
Por su actitud, se puede deducir que este perro tiene detrás una historia de maltrato, si bien fue cedido directamente por el galguero. Porque la mejor forma que Ana ha encontrado para ayudar a estos animales indefensos es acercarse a sus dueños, para informarles de que existen muchas alternativas al escarnio. «Si hay algún propietario que, por la razón que sea, no desea quedarse con sus galgos, siempre puede contactar conmigo o con la asociación para que vayamos a recogerlos. No hay por qué matarlos», recuerda en esta entrevista, reconociendo que en el gremio se ha topado con gente «muy sensata» que ha transmitido también esta información a sus compañeros. «En Puro Galgo, los perros encontrarán a personas maravillosas que lo darán todo por ellos».
Como experto en la materia, el abogado Eloi Sarrió recuerda lo que dice el Artículo 340 ter del Código Penal sobre el abandono indiscriminado de mascotas: Quien abandone a un animal vertebrado que se encuentre bajo su responsabilidad en condiciones en que pueda peligrar su vida o integridad será castigado con una pena de multa de uno a seis meses de cárcel o de trabajos en beneficio de la comunidad de treinta y uno a noventa días. Igualmente, añade que el Artículo 74 de la Ley 7/23 estipula que el abandono de animales en condiciones de riesgo es una infracción grave que se castiga con una multa de hasta 50.000 euros.
Hoy, nuestro corazón, roto de dolor está con todas las personas y familias afectadas por la devastadora DANA que ha azotado a Valencia y Albacete.
La fuerza de la naturaleza ha azotado desmesuradamente a estas provincias, y nuestra solidaridad se extiende a cada rincón de la zona afectada.
La DANA deja una huella imborrable en la zona, cobrando la vida de decenas de personas.
Es importante recordar y honrar a estas víctimas, quienes han perdido la vida en un suceso tan trágico y repentino.
También nuestro agradecimiento a los vecinos que poniendo su vida en peligro no han dudado en ayudar a tantas personas.
A las fuerzas de seguridad, Bomberos, UME que están volcados con la tragedia.
El agua se lo ha llevado todo y muchos animales han fallecido.
Como animalistas Sentimos una especial preocupación por las protectoras de animales que afectadas por las inundaciones.
Muchas vidas inocentes se han perdido en esta tragedia, y el dolor de quienes dedican su vida a cuidar de ellos es inmenso.
Desde PLATAFORMA NAC queremos expresar nuestro más sincero apoyo a estas valientes personas que trabajan incansablemente para brindar refugio y cuidado a los animales más necesitados.
Su labor es fundamental y merece todo nuestro reconocimiento.
¿Cómo puedes ayudar?
DIFUNDE : Ayuda a que más personas se enteren de la situación y puedan colaborar. En nuestras Historias de Fb e Ig estamos compartiendo a Asociaciones que necesitan ayuda.
ACOGE, son muchas Asociaciones las que están solicitando acogidas para los animales de los refugios.
DONA: Muchas protectoras necesitan ayuda económica para cubrir gastos veterinarios, alimentos y materiales para reconstruir sus instalaciones.
Ofrece tu TIEMPO: Si estás en la zona, ponte en contacto con las protectoras para ofrecer tu ayuda como voluntario.
ADOPTA o apadrina: Si estás pensando en adoptar, considera ayudar a un animal de estos refugios ahora.
Junt@s podemos marcar la diferencia y ayudar a reconstruir esta tragedia.
Al final son las víctimas que no se cuentan en estas tragedias
¡No estáis solos!
ANIMALES PERDIDOS Y ENCONTRADOS EN LA CRISIS DE LA DANA
PERROS DESAPARECIDOS RIADA 2024
PERFILES para publicaciones de animales perdidos y encontrados en la zona afectada por la DANA.
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