NAC CONSULTA A SEPRONA SOBRE ABANDONO DE GALGOS EN ESPAÑA

NAC CONSULTA A SEPRONA SOBRE ABANDONO DE GALGOS EN ESPAÑA

Los datos oficiales de SEPRONA son 546 perros abandonados en 2018 de los cuales 172 eran de caza, 52 de ellos galgos y tan solo 8 galgos abandonados en 2019.

Como parte interesada y obligada año tras año a dar explicaciones de los datos que ofrece SEPRONA sobre maltrato y abandono de animales de caza, en especial los galgos. les remitimos una seria de consultas para poder aclarar tanto a medios de comunicación como a personas y colectivos la gran diferencia entre cifras oficiales de SEPRONA y cifras de protectoras de animales. Al igual de estar muy interesados en el protocolo que sigue el Servicio de Protección de la Naturaleza a la hora De encontrar a esos animales abandonados o maltratados.

A continuación, os dejamos el listado de preguntas que les hicimos. Seguramente se podrían hacer más y no descartamos volver a preguntar o re formular algunas, ya que muchas se quedaron sin responder.

  • ¿Los datos de SEPRONA recogen los animales abandonados rescatados por protectoras, particulares, cuerpos de policía locales o policía nacional? No, los datos recogidos en las estadísticas del SEPRONA son aquellos de los que ha tenido conocimiento la Guardia Civil.
  • En caso de que un galgo sea recogido por una unidad de SEPRONA, se localice al dueño, y este no haya denunciado su desaparición, ya sea por robo o por extravío, suponiendo ya que es un abandono. ¿Cuál es la sanción que se le aplicaría a su dueño? ¿Qué sucede con ese animal que ha sido abandonado? ¿Vuelve a su dueño si él lo requiere? La actividad del SEPRONA, tal y como se recoge en la ley 2/86 de FFCCS, es velar por el cumplimiento de las disposiciones que tiendan a la conservación de la naturaleza y medio ambiente, de los recursos hidráulicos, así como de la riqueza cinegética, piscícola, forestal y de cualquier otra índole relacionada con la naturaleza. En el caso concreto del abandono animal, la casuística con la que se encuentran los agentes del SEPRONA es variada, pero su actuación siempre se llevará de acuerdo a la regulación vigente, que en el caso del Código Penal se encuentra en el artículo 337bis, donde quedan reflejados los elementos del tipo necesarios para constituir una infracción penal así como la pena que puede imponer el juez llegado el caso. En caso de que la Guardia Civil tenga conocimiento, bien directamente o a través de denuncia, de que se está produciendo un hecho que pudiera ser constitutivo de delito o infracción administrativa, procederá a iniciar sus actuaciones y ponerlo en conocimiento de la autoridad competente, la cual será la encargada de evaluar los hechos e imponer la sanción que pudiera corresponder. Esa misma Autoridad será la encargada de disponer del destino final del animal abandonado.

Según el artículo publicado en el diario El Mundo el 28/02/2015 las cifras que ofrece SEPRONA sobre abandono de animales tan solo son de los casos donde actúan sus unidades.

Los datos de la Fundacion Affinity (fundación que recopila los datos de animales recogidos por algunas protectoras españolas) habla de 104.688 perros abandonados en 2018, más de 13.000 tan solo en el mes de febrero debido al fin de la temporada de caza. Extrapolando estos datos con los que tenemos de las protectoras que nos dicen que de media el 70% de los perros recogidos son perros de caza podemos estimar unos 74.000 perros de caza abandonados cada año.

La protectora Fundación Benjamin Mehnert entre el 18 y el 20 de enero de este 2020, en tan solo 3 días, dio entrada en sus instalaciones a 61 galgos. 9 más que los que SEPRONA dice se abandonó en todo 2018

  • ¿Podríamos decir que las cifras de abandono de perros ofrecidas por el SEPRONA se ajustan a la realidad de perros abandonados en España? ¿Creen que estos datos se acercan más a la realidad de abandono de animales que se vive en España que los datos ofrecidos por SEPRONA? ¿Piensan que estas cifras son falsas, o son cifras que se deberían sumar a las ofrecidas por el SEPRONA? Como ya se ha indicado anteriormente, las estadísticas que elabora el SEPRONA lo son únicamente en base a los hechos de los que ha tenido conocimiento la Guardia Civil. Se desconoce el rigor con el que otras organizaciones confeccionan sus propias estadísticas, por lo que no se puede efectuar una valoración al respecto, siendo el SEPRONA únicamente responsable de los datos oficiales que facilita la Guardia Civil.

Los cazadores se quejan de sufrir muchos robos de perros, pero la cifra que da SEPRONA tan solo habla de 285 perros de caza robados. Nosotros compartimos las palabras de la portavoz del SEPRONA Ana Prieto en la entrevista realizada por Jara y Sedal “Históricamente han existido mafias y grupos que intentan robarlos (galgos) para utilizarlos con otros fines” como pudimos ver con el sonado caso Chapapote, o hace 2 meses un galguero se cruzó con otro galguero que llevaba sus perros anteriormente sustraídos en Alpera (Albacete). Según afirman los galgueros, los galgos abandonados son los que les han sido robados.

  • ¿Cuáles son los motivos que llevan a estos robos? ¿Creen que existe una mafia de robos dentro del mundo de los galgueros? Si un galguero no tiene identificado ¿puede denunciar el robo del animal? ¿Alguno de los perros abandonados recogidos por SEPRONA eran animales robados o había sido denunciada su sustracción? Como ocurre con cualquier otro tipo de delito los motivos o circunstancias que llevan a cometer estos hechos son diversos. Se han descubierto grupos y organizaciones criminales implicadas en el robo y comercialización ilegal de este tipo de animales, en especial en el caso de ejemplares que destacan en competiciones deportivas, pero en otros muchos casos no difiere de otros hechos delictivos en los que se sustraen bienes patrimoniales de cualquier tipo. Como en cualquier delito siempre se puede interponer denuncia por el robo o sustracción con independencia de que el animal se encuentre o no debidamente identificado. No obstante, las posibilidades de recuperación del animal, en el caso de no estar debidamente identificado, se reducen considerablemente.

Plataforma NAC (No a la Caza) es una asociación apartidista, aconfesional y antiespecista sin ánimo de
lucro, cuyo fundamental objetivo es concienciar y promover el respeto y los intereses individuales de los animales no humanos, especialmente aquellos relacionados con la caza, así como hacer valer y ampliar sus derechos.

¿LOS GALGOS SE ESCAPAN?

¿LOS GALGOS SE ESCAPAN?

En el último año y debido al creciente interés por la adopción de estos animales cada vez más comunes en parques, no puedo quedar indiferente ante la cantidad de pérdidas, no hay un sólo día que no abra Facebook y vea un nuevo cartel de «GALG@ PERDIDO en…»

La cuestión es si nos estamos haciendo la pregunta correcta; pues bien la respuesta es: NO, los galgos NO son escapistas por naturaleza.

El galgo es un animal introvertido y cauto, pero no miedoso o excesivamente tímido. Galgos que han vivido como miembros de la familia desde cachorros, que no han crecido con traumas son perros sociables, cariñosos y juguetones con personas y otros perros. Lejos de ser miedosos son animales sumamente curiosos. Por tanto de igual forma lo serán galgos que aún habiendo sido rescatados de adultos, no hayan vivido situaciones traumáticas de malos tratos

El galgo es un animal afectivo, con una alta inteligencia emocional y relacional, hay que tener en cuenta que viven en manadas o realas durante toda su vida, y que hasta el momento no hay generaciones de galgos criados para y por animales de compañía por lo que un galgo como “hijo único” está fuera de su contexto habitual y tendrá que aprender a vivir como miembro de una familia humana y en ocasiones con perros que no son de su misma raza.

Es muy importante saber que por su condición de perro de caza, cualidad que le condicionará y acompañará toda la vida, no son animales que busquen la aprobación ni la satisfacción de su dueño, no son animales complacientes que esperen pacientemente sentados que su amigo humano les tire la pelota para ir a buscarla. Por el contrario el galgo es por naturaleza independiente en sus pensamientos, con ideas propias y capacidad de decisión. Por eso, si cuando aprenden a ejecutar una orden la recompensa no es apetitosa no mostraran ningún interés por complacernos. Por el contrario desarrollan un apego felino al hogar y una fidelidad emocional al humano que les da de comer y proporciona una vida confortable. Por su naturaleza holgazana se convierten en excelentes compañeros de casa, tranquilos y dulces.

Pues bien, dicho esto y conociendo un poco más los rasgos generales de esta raza, vamos a analizar el porqué de estas fugas. Para ello vamos a dividir al galgo en dos grupos. Es importante que sepas en cuál de estos dos grupos se encuentra tu amigo para así poder establecer una correcta relación con él.

EL CURIOSO:

Un galgo, bien sea criado en casa desde cachorro o rescatado que no haya sufrido maltrato no será miedoso, ni desconfiado, ni arisco ya que si es un galgo bien sociabilizado no le asustarán los ruidos extraños ni los desconocidos.
Ten en cuenta que a pesar de ello, si esta recién rescatado o no lleva un tiempo en su nuevo hogar, no te conoce por lo tanto no confía en ti. La confianza es primordial a la hora de tratar con estos animales. Al igual que entre las personas se requiere del conocimiento mutuo y de compartir el adquirir respeto y lealtad. Por lo tanto si te encuentras en este último caso, aunque tu galgo no tenga traumas ni miedos. NUNCA LO SUELTES EN LUGARES ABIERTOS hasta que no haya pasado el tiempo necesario para que se haya forjado esa confianza.
En ocasiones un galgo curioso, puede ser una bomba de relojería, da igual cuanto tiempo lleve a tu lado. Su curiosidad unida a su larga visión y velocidad son muchas veces motivos de pérdida, bien por extravío o por accidentes.
En este punto el galgo que ya confía en ti podrá pasear suelto por el campo, el monte o grandes parques, por lo tanto ningún completo Kit anti-escape te garantiza su seguridad.


Los animales, son instintivos primarios de ahí que necesiten pautas concretas y órdenes concisas aprendiendo por repetición. Si tomamos en consideración la condición de galgo entonces debemos saber que a un galgo no puedes enseñarle a no irse, debes enseñarle a volver. El galgo curioso corre hacia todo lo que le llama la atención y esté en movimiento, fácilmente puedes encontrarlo a tu lado de la forma más relajada y antes de que puedas darte cuenta saldrá corriendo y estará a 200 metros de distancia. Cuando fija su objetivo, no vale de nada gritarle ni correr tras él, en ese momento ni siquiera te escucha. Un galgo puede alcanzar su máxima velocidad de 0 a 3 segundos, da igual cuanto grites o corras, hasta que no llegue al punto fijado para saciar su curiosidad no tomará en cuenta tu llamada.

¿QUÉ PODEMOS HACER?

Trabajar la educación: Al ser animales acostumbrados a vivir en comunidad tienen muy arraigada la jerarquía, la educación comienza por que comprenda qué lugar les corresponde en su nueva manada. Ya sea cachorro o adulto, es el último en llegar y por tanto ha de ser tratado como tal. Evitar la pena y la excesiva condescendencia, pensar un momento como actuarían entre ellos. El nuevo ha de ganarse el respeto de los demás. Evitar los excesivos mimos o tomar posesión de nuestro espacio, no darle de comer mientras lo hacemos nosotros y dejar que nos sigan permanentemente nos ahorrarán muchos problemas. Ellos no poseen un razonamiento lógico, ante una mala educación no responderán de la forma deseada.

Trabajar la confianza: Una vez observado que nuestro galgo está bien educado, simultáneamente progresaremos trabajando la confianza. Debe entender que eres tú quien proporciona su bienestar, tu hogar es su refugio, tu mano su supervivencia y que a tu lado nada malo va a pasarle; eso no quiere decir que tengas que darle una sobreprotección, al contrario debes de sociabilizarlo dejándole jugar con otros perros y acercarse a curiosear lugares y personas. Dentro de este punto, trabajaremos órdenes como sentarse o levantarse, salir, quedarse en casa solo y muy importante la llamada. Debe de aprender que puede alejarse pero ha de volver cuando le llames, debe ser él quien esté pendiente de ti. La confianza hará que el galgo desee estar contigo y formar parte de tu vida.

Trabajar la sociabilización: Llevándole a lugares donde pueda jugar con otros perros, haya personas, luces, ruidos. Aunque no sea inseguro son animales que generalmente vienen del campo por lo que todos estos agentes externos son nuevos para él.Dentro de una buena sociabilización y estabilidad juega un papel muy importante el ejercicio físico, al galgo le gusta correr, ser perseguido y perseguir. No le prives de ello pues no es cierto que EL GALGO DE CASA NO NECESITE CORRER. Forma parte de su naturaleza, de su bienestar y disfruta con ello más que con cualquier otra cosa. Verlos correr es una experiencia única. Cuando veo a la manada correr por el campo como si no hubiera un mañana, puedo sentir a través de ellos una infinita sensación de libertad.

Trabajar el conocimiento del entorno: Son animales de campo abierto y grandes distancias, tienen muy mal olfato pero una excelente vista y son capaces de orientarse por el sol. La curiosidad les hace ser exploradores natos y en ocasiones parece que todo el campo es insuficiente. Cuando han explorado un territorio tienen la necesidad de ir más allá. Antes de pensar que ya tienes la suficiente confianza para soltarle es importante que conozca el entorno, lo que a ti te parece una excursión interminable para él es un paseo, así que los alrededores de tu casa y un poco más allá tienen que ser completamente reconocidos. Contenedores de basura, ya que son carroñeros, lugares donde haya comunas de gatos, fincas con otros perros…Esto aunque no pueda ser una garantía al cien por cien, sí ayudará a que si se despista o extravía, pueda volver a su casa o a ti saber dónde puede haber ido.

La seguridad: Todo galgo debe de ir provisto de un collar especial denominado martingale o anti escape, deben de ser de tela resistente y anillas fuertes que no cedan fácilmente ante un tirón y sobretodo que este vaya bien ajustado a su cuello. Una correa de nylon (en este caso da igual que sea larga o corta), preferiblemente que no pese demasiado, muy recomendables las correas de tres posiciones que puedes llevar sujetas a tu cuerpo a modo de bandolera. Un silbato que él reconozca como llamada, te garantizara que pueda oírte aunque este lejos.

Son muchos los peligros que acechan a este galgo por lo que NUNCA, por mucha confianza o años que lleve con nosotros le soltaremos en ciudad por calles donde haya tráfico o gente y tampoco lo haremos en pequeños parques o plazas. Como he dicho antes, saldrá corriendo hacia lo que le llame la atención, un gato, otro perro, una persona conocida lo que puede ocasionar accidentes no deseados o desenlaces fatídicos. Ten anticipación, conocer a nuestro galgo es poder reconocer el peligro y poner remedio.
Si le soltamos en campo abierto o monte que no sea su lugar habitual hay que procurar no perderlo de vista y saber que reconoce o atiende perfectamente al sonido del silbato como orden «VEN AQUÍ». Los galgos no suelen perderse pero es fácil que se distraigan o entretengan si han encontrado una madriguera o algo de carroña que puedan comerse.
Como suelen llevarse a la boca todo lo que se encuentran, pon atención a las zonas de basuras pues aunque está prohibido muchas veces ponen veneno, también en los parques de ciudades donde anti animalistas lo esparcen en un acto cruel de terminar con lo que ellos consideran una molestia.
Tener cuidado cuando soltamos al galgo en un pipi-can, en ocasiones los vallados de estas instalaciones no son demasiado altos, son capaces de saltar grandes alturas por lo que una valla de menos de 2 metros no es garantía, sobre todo si puede verse el exterior.

Sabed que los galgos pueden desorientarse fácilmente con el viento, durante días ventosos es preferible sobretodo estando solos sin compañía de otros galgos o perros, no perderlos de vista. Si van a la contra del viento es muy probable que se alejen y no puedan oír nuestra llamada.

EL INSEGURO

Aunque aquí lo determinemos como un grupo, más que una característica del galgo, es un estado, normalmente pasajero. Ante este galgo nuestra mejor arma será el amor y la paciencia.La inseguridad viene producida por una vida miserable, llena de malos tratos. Palizas, falta de alimentos, necesidad de protegerse ante ciertos miembros de una manada en la misma situación.Cuando llega un galgo con estas característica deberemos entender que no solamente esa vida a dejado secuelas traumáticas, sino que además es la única vida que conoce, le apartamos de los suyos o recogemos de la calle donde había sobrevivido mucho tiempo para llevarlo a nuestra casa, pero él no lo sabe. Ha aprendido a ser desconfiado y temer lo desconocido, por lo que una ciudad con sus coches, ruidos, luces, gente será algo horrible. Los humanos son seres que pegan y castigan por lo que mejor huir de ellos.La mejor arma del galgo es su velocidad, no es un animal de defensa así que no se enfrentará el miedo atacando, a menos que este acorralado y sin salida, lo que hará será salir corriendo ante ese sentimiento de terror.

¿QUÉ PODEMOS HACER?

Trabajar la confianza: De la misma forma que lo haríamos con un galgo sin traumas aunque armándonos de paciencia. Muchas veces si somos personas impacientes podemos vernos frustrados al tardar en conseguir nuestros objetivos. Hay que tener en cuenta que cada animal necesita su tiempo ya que no todos son iguales y la vida que les han dado sus antiguos dueños ha marcado su carácter para siempre. No todos tendrán el mismo grado de temor y desconfianza pero lo que es generalizado es que suelen temer a las mismas cosas.Si esta recién llegado trataremos en un primer momento de no enfrentarlo a situaciones de pánico. Suelen tener miedo de los ruidos fuertes como petardos, aspiradores. Las luces nocturnas y los coches. Hay algunos que temen a las sombras y la mayoría tienen terror a todo lo masculino: la voz grave, la presencia, el olor…La unión hace la confianza, si no hay otros animales en casa a quien el nuevo miembro pueda tomar como referencia, seremos nosotros quienes tendremos que acompañarle y enseñarle que ha llegado a una nueva vida donde nada ni nadie va a volver a hacerle daño.No se trata de mimarlo en exceso ni a ceder a todos los caprichos, el simple hecho de estar ahí cada día, a su lado, abrigándolo y alimentándolo serán suficientes para establecer un primera aunque frágil relación de confianza.Sentarnos a su lado, sin mirar, sin tocar, sin hablar, respetando su espacio e intimidad pero a su vez regalarle nuestra presencia serena. Un paquete de chuches que le gusten para que su curiosidad le haga poco a poco acercarse a comer de nuestra mano le ayudaran a salir de ese estado de aislamiento.Cuando le hables hazlo en tono suave, sin movimientos bruscos y si hay niños pequeños en casa procura que sean educados y respeten su espacio.

Trabajar la socialización: Son galgos que han tenido muy poco contacto humano, si no han salido de un zulo en su vida salvo para cazar no saben ni pueden desenvolverse en una ciudad. Muchos se quedan paralizados y otros intentan huir para esconderse. Poco a poco comenzaremos dando paseos por lugares y horas poco concurridas, siempre cercanos a nuestra casa y a las mismas horas, dejaremos que huela y reconozca su entorno. Nos encontraremos con casos que no son capaces de caminar más de diez metros antes de quedarse paralizados por el miedo, no le obligues, deja que se relaje y ofrécele una chuche antes de continuar, cada día un poco más, veras que pronto es capaz de llegar hasta el parque.No le obligues a enfrentar situaciones desagradables, como pasar cerca de personas o perros, para eso es recomendable hacer uso de una correa larga (unos dos metros) y dejarle que sea el cuándo y a qué distancia desea pasar, al principio lo rodeara pero trascurrido un tiempo se dará cuenta que no hay peligro e irá acortando la distancia. No le obligues a oler a otros perros pero si alguno se le acerca sujétalo fuerte sin tirar ni obligar pero no le retires, permítele que se le acerquen y sea él quien ponga la distancia.Pasea relajado sin miedos ni tensiones, tu miedo e inseguridad son trasmitidos a través de la correa y lejos de darle confianza lo que provocaras es un estado de ansiedad.Lleva siempre chuches ricas para poder ofrecérselas en casos de entrar en estado de pánico o ansiedad pero no se las des nunca mientras esté en ese estado. Párate, respira, relájate o siéntate a su lado en mitad de calle si es necesario, espera a que este tranquilo y cuando haya pasado, dale la chuche y continua.Si tiene mucho miedo procura caminar despacio permitiéndole oler y observar.

La seguridad. Con estos galgos no dejes nada a la improvisación, cualquier situación inesperada puede desencadenar el pánico y la necesidad de salir huyendo. Conocerlo y determinar que lugares y cosas le producen más estrés nos ayudara en su rehabilitación.Usa siempre un collar anti-escape, bien ajustado a la parte más estrecha del cuello, cuidado pues si el collar está muy usado la tela está bastante flexible y se desajustan por si solos haciéndose más grandes pudiéndose salir en caso de tirón, así que asegúrate de que al ajustarlo no se afloja con facilidad. Una correa larga de unos dos metros, que puedas ponerte en bandolera. Si es excesivamente miedoso es conveniente un arnés de seguridad especial para galgos.El uso de arneses convencionales no sirve para nada ya que dada la fisonomía del galgo se salen con demasiada facilidad, basta un tirón hacia atrás para que te quedes con él en la mano. Con estos galgos bajo ningún concepto utilizaremos collares tradicionales o los llamados de galguero que tienen el formato del tradicional pero son algo más anchos por un lado, tampoco la combinación de collar tradicional con arnés convencional es recomendable.No lleves la correa sujeta solo por la mano, introdúcela por la muñeca y dale una vuelta, si da un tirón es preferible que te deje una marca a la pérdida. NO uses nunca correas flexi, con un tirón se rompen con facilidad, pero si huye con ella colgando, la carcasa de agarre de plástico irá tras él haciendo un ruido que el galgo interpretar como amenaza y no parara de correr.Si sale corriendo no salgas gritando despavorido tras él pues se asustará más; intenta no perderlo de vista y avisa rápidamente a la gente de la zona, conocidos y amigos. Puede que no le cojáis ese día, pero un galgo localizado tiene muchas posibilidades de ser un galgo salvado.

NO LO SUELTES, bajo ningún concepto, hasta que no haya pasado un tiempo prudencial contigo y haya adquirido confianza como para querer permanecer a tu lado y sienta la seguridad que le proporcionas (esto, no pasa en un mes), ni siquiera en un pipi-can, cualquiera puede dejar la puerta abierta, puede asustarlo otro perro o una persona que grita. Si lo sueltas hazlo solo en una finca vallada donde el cerramiento tenga más de dos metros y medio como mínimo.

NUNCA LO SUELTES EN CAMPO ABIERTO, puedes perderlo de vista en segundos y no volverlo a encontrar jamás. Si ya ha pasado tiempo y ha ganado confianza como para atender a tu llamada suéltalo si está en compañía de otros galgos a quienes conoce.Es muy recomendable que busquéis otros galgos en la zona ya que entre ellos tienen un comportamiento diferente y seguro ayudarán en su rehabilitación.Ten mucho cuidado con dejar abierta la puerta de la entrada, aunque su miedo no les llevara a salir, no te fíes puede que un ruido inesperado les haga salir corriendo hacia la calle. No te marches de casa sin echar la llave, son muy inteligentes, aprenden con facilidad a abrir puertas, cajones etc… Sobre todo si desean alcanzar lo que hay al otro lado.

RECORDAR QUE LOS GALGOS SON TAN ESPECIALES COMO IMPREVISIBLES. CONOCERLOS ES AMARLOS Y AMARLOS ES VELAR POR SU BIENESTAR. DE NOSOTROS DEPENDE GARANTIZAR SU SEGURIDAD

(Fuente https://bit.ly/2JpaFSe

INICIOS

INICIOS

Muchos de los galgos que hoy habitan en nuestras casas han pasado previamente por un lugar triste y sombrío llamado residencia. Mi Minnie viene de allí. Llegó tras vagar sin descanso por campos y calles de un pueblo de Toledo.

Minnie tiene sus huesos llenos de «nudos». El más llamativo, uno que se le sale de la clavícula. No le gustan los palos, pero quiero pensar y creo que fue por un atropello. Demasiadas fracturas mal cuidadas… Vi su video: una chica la intentaba consolar, una mano a la que ella se aferraba.. Quise a esta chica. me encantó ver cómo los trataban, cómo intentaban vendar sus almas rotas.

Yo también fui voluntaria y es algo que haces con la mejor intención. Procuras mejorar en lo posible sus condiciones, darles todo el cariño del que seas capaz. El día de su llegada se vuelve muy difícil. Algunos vienen maltratados, totalmente rotos, con su mirada vencida intentando pasar desapercibidos y no ser vistos.

A otros les trae su galguero directamente —ya no «sirven»—. Suelen ser perros lesionados, con frecuencia en las patas, como Malú a la que recogí para introducirla en un frio chenil. Su cara de desorientación, su mirada detrás del galguero queriéndome seguir… En ese momento solo la lealtad supera su miedo. Qué difícil cerrar la puerta y que esté a gusto. Despliegas todas tus armas: caricias, comida, chuches. Pero es imposible, sabes que ese día nada sirve.

Los más afortunados son encontrados en las calles y llevados a centros de protección que luego los derivan a asociaciones para su adopción. En cualquier caso, la estancia para los galgos allí es dura, triste… Y para eso van las voluntarias, para mejorarles la vida, para conseguir cambiar su expresión, darles cariño y alegría para hacer que vuelvan a ser perros. Se consigue, tarde o temprano se consigue.

No todo el mundo posee las cualidades necesarias para ejercer de voluntario. He presenciado muchas «primeras veces» de gente que ya no regresaba. No saben lo que se pierden: el impagable valor de estar allí y sentir ese hilo invisible que se crea entre ti y cada uno de los perros. Un hilo fuerte hecho de comprensión, cariño y confianza que ya llevarás de por vida.

Mi profundo respeto por todos los voluntarios que, sin medios, se dejan la piel por los perros. Resulta realmente difícil irse a casa sabiendo que quedan allí. Mucho ánimo para continuar y todo el apoyo del mundo porque os necesitan y os quieren.

Sonia de Paz.

UN BOSQUE SIN NOMBRE

UN BOSQUE SIN NOMBRE

Un fuerte hedor, seguido de un escalofrío recorriendo todo mi cuerpo, terminó con mi paseo matinal.

Era un día soleado, me había levantado con especial alegría, el verano rebosaba vida y con él, mi pasión por vivir. Múltiples seres compartían mi caminata haciéndola más agradable y placentera. El monte verde embriagaba mis sentidos.

Cerca de mí, olfateaban despreocupados, como si el mañana no existiera, dos entrañables amigos. Yo bípedo, ellos cuadrúpedos, los tres agasajados por un sol que apenas entendemos.

Al poco de cruzar el río, mis compañeros, guiados por ese sexto sentido que tanto deseamos poseer los humanos, y jamás tendremos, temblaban petrificados, con el rabo entre las piernas, me miraban, quizás buscando una explicación que no podía darles, o simplemente para sentirme cerca.

A mi alrededor, las hojas ya no eran tan verdes, el canto de los pájaros sonaba a un triste adagio, a despedida y fin.

Mi dolor se materializó en una cronestesia atemporal convertida en un Upsala eterno.

<< Decenas de cadáveres, algunos apenas sin oportunidad de llegar a ser mujeres ni hombres, colgaban de centenarios y majestuosos árboles, algunos sin ojos, otros sin extremidades, todos me observaban y chillaban.Sentía frío, el sol me había abandonado, haciendo más gélidas las gotas de sangre que recorrían mi cuerpo desnudo. Mientras anudaban la áspera cuerda a mi cuello descubrí que mis mejores amigos estaban siendo atravesados desde el ano hasta la boca, por un afilado hierro, giraban y giraban. Risas y olor a quemado fueron las últimas sensaciones que sentí antes de caer en el letargo del que ya no desea entender, solo morir>>

El hedor me devolvió al presente, un compañero colgado por una soga ensangrentada, me miraba y parecía chillarme.

Aún aturdido, incrédulo. Me acerqué despacio a su cuerpo inerte, cerré sus ojos y su boca cubierta por una capa pardusca de sangre y babas secas.

El sonido de mis uñas rasgando la cuerda que aprisionaba su cuello, ahogaba el viento, que un intento de ayudarme, calmaba el dolor de mis dedos, de mi corazón.

Cinco minutos de nuevo, cinco minutos para acabar lo que otro humano sin empatía ni conciencia comenzó. Viviendo cada instante de su dolor, el miedo al ser elevado, los primeros gemidos de desesperación, como el calor se sube a la cabeza, los oídos dejan de funcionar y parece que van a explotar, las patas se vuelven piedras que cortan los músculos. Todo esto hasta perder el conocimiento ante la falta de oxígeno en los pulmones, terrible agonía el «bailar sobre la cuerda» en un intento desesperado por salir del propio cuerpo, hasta terminar asfixiado.

Al finalizar de cavar, me derrumbé, caí de espaldas sobre el montón de tierra que iba a ser la última morada de mi compañero. La soga rasgada aún se movía, recordándome que en algún otro lugar, no muy lejos de allí, a otro compañero, se le estaría anudando otra cuerda al cuello.

De nuevo llantos, ya no distinguía si provenían de mi cuerpo, de mi mente, o del cadáver que yacía a mi lado. Mis inseparables amigos, que habían vivido todo el proceso con la tristeza y curiosidad que se siente ante la muerte de un igual, arrastraban un saco marrón y sucio. Al abrirlo, varios ojos observándome asustados.

– No tengáis miedo, ya tenéis una familia- les susurré mientras sus pequeñas y gráciles lenguas me daban la bienvenida a su nueva vida.

Relato: Sergio M.

Dibujo: Chema Lera