Manifiesto Manifestación 2 De Febrero De 2020

Manifiesto Manifestación 2 De Febrero De 2020

Un año más, y ya van nueve, salimos a las calles en el primer domingo de febrero. Ni siquiera la fecha es casual. Coincide con el fin de la temporada de caza con galgo, la más cruel de todas las modalidades cinegéticas, que une la muerte de los animales transformados en presas con el tormento perpetuo de los que se usan como meros utensilios. Los primeros son convertidos en trofeos; los segundos, heridos, abandonados, humillados y eliminados en el peor de los supuestos. Entre los unos y los otros, millones de víctimas, por el capricho cruel de unos pocos humanos. En nada ha cambiado nuestro objetivo original: solicitar el fin de una actividad, la caza, que tiene por meta el maltrato de los seres vivos.

Tampoco ha variado nuestro deseo de rendir, en este día, un tributo especial a los perros empleados en esas prácticas. Desde el principio, los tomamos por nuestro símbolo, conscientes de la particular indefensión derivada de un supuesto derecho de propiedad sobre ellos.

No andan los tiempos para dispersar esfuerzos. No por nosotros, sino por ellos, por los millones de animales que cada año perecen, víctimas de la barbarie. No es decente hacerlo en un Estado donde el lobby cinegético impone su negocio o donde la tercera fuerza parlamentaria pretende implantar la caza o la tauromaquia como asignaturas de curso en los colegios, y se empeña en perseguir todo aquello que discuta la supremacía del hombre blanco occidental, entendiéndose el sustantivo en su doble significado de género y especie. En la historia, sobran ejemplos de quienes, por obsesionarse en perseguir lo perfecto, se quedaron impunemente en la inacción o en actos de eficacia limitada a poco más que la propia complacencia.

No será este último nuestro caso. A los militantes de la paz, de la concordia y del amor os pedimos que no nos divida la política, ni los egos, ni las legítimas diferencias de criterio, y que hagamos una de nuestras causas, para construir entre todos y todas un mundo más amable, y para exigir, como parte de ese proceso, el fin de la caza a quienes tienen la responsabilidad de legislar. Desde cualquier perspectiva, en este principio de milenio, carecen de excusa actividades humanas con fondos y formas del Medievo.

Frente a quienes, con falsedad, esconden su interés económico y lo visten de tradición, deporte, cultura y hasta de defensa del medioambiente; nosotros preferimos llamar a las cosas por su nombre. La caza es negocio, muerte, sangre, tortura, machismo, deterioro de la naturaleza, atentado contra la vida salvaje, símbolo del abandono del medio rural, el peor de los clasismos, ruidos de disparos criminales donde antes dominaba el silencio… 

Nos sobran razones para pedir que os posicionéis con nosotros y gritéis ante todo aquel o toda aquella que quiera escuchar:

NO A LA CAZA CON GALGOS 
NO A LA CAZA CON PERROS 
NO A LA CAZA

Poema De Xavier Bayle

Poema De Xavier Bayle

filosofías aparte 

el perro sabe saber que no entiende nada y ya mientras se caga de miedo
y los orines resbalan por sus muslos se le agarrotan los músculos y se le rompen cosas por dentro a medida que la cuerda se cierne entorno al cuello un centímetro más un centímetro menos o entre convulsiones encoge las patitas mientras se abandona cambiando su ladrido por un estertor y su latido por una nada pensando volver a ser feto y dejar de sufrir para no luchar más por respirar para ver finalmente a su mamá

filosofías aparte

un perro no sabe saber qué es ser perro aman por encima de toda conjetura su raza es el amor el amor es su origen y su destino dan lo que tienen y lo que no mata o lo matan con trampa veneno o perdigón pero de repente el cuerpo deja de responder pierde carrera y recibe patada en lugar de caricia y gesto amable saben saber la mirada del desprecio aprenden a saber que no sirven para nada

filosofías aparte

el perro ama por encima de sus posibilidades lo sabe quien ha mirado a un perro y lo ha visto y aún olisquea confiado la mano que le echa la cuerda pide ayuda a quien alza su cuerpo en el aire pide perdón a ese aire que patean y el terror se amalgama a la esperanza y el perro muere amando porque otra cosa no sabe
nada hay más infame y cobarde que quien no puede amar a un perro quien lo usa de algún modo para cazar pelear vencer soledades no es de fiar esa gentuza la más miserable entre la más mediocre de modo que el mundo más sangriento del mundo está hecho por gente que no sabe amar a los perros
entre niñas y perros nos transcurre la existencia no quitamos las miguitas a las hormigas acariciamos cualquier bicho que se acerque y mientras ese árbol de cuidados crece gente con licencia de fascista anda escopeta en mano talando disparando extinguiendo universos singulares no podemos acabar con la violencia humana pero sí intentar dialogar y no regirnos por la ira no podemos parar todas las violaciones pero sí rechazar la cultura de la violación no podemos detener la muerte prematura de animales pero sí ponernos delante de la víctima y ofrecer nuestro cuerpo en su defensa no podemos corregir todas las mentiras de la gente pero sí vivir buscando y practicando verdad

filosofías aparte

no podemos cambiar el mundo pero sí cambiar el mundo que atañe a nuestra piel y si yo lo hago tú también puedes y aquella y aquella otra y cuando lo hagamos la mayoría lo harán todas la mano verduga no tiembla el perro se caga de miedo mientras muere ahorcado ninguna sociedad puede perdurar con ese lastre millones de seres están siendo ejecutados por gente que no ama a los perros esa es toda la herencia que dejarán tras su existencia pero también crecerá la rabia de nuestra lucha y nuestra firme determinación de erradicar la barbarie

PERFORMANCE PLATAFORMA NAC (OCTUBRE 2019)

PERFORMANCE PLATAFORMA NAC (OCTUBRE 2019)

La caza empezó hace 279.000 años, cerca de un gran lago en el centro del valle del Rift, en Etiopía. Sobrevivir a un mundo hostil empujó a los primeros humanos a salir de caza. Hoy es el mundo el que intenta sobrevivir a la hostilidad de los cazadores, al impacto y la destrucción que dejan tras de sí. La historia ha dado la vuelta a la propia historia y a sus protagonistas. Los que intentaban sobrevivir son ahora los que destruyen. Y como en la peor novela negra o la peor historia de terror, son capaces hasta de justificar la muerte accidental de los más inocentes. El pasado mes de enero, un niño de cuatro años fue confundido en la maleza con un animal, recibiendo un disparo mortal.
El cazador fue puesto en libertad condicional. En cualquier país esto hubiera significado un punto y aparte. Un debate en los medios de comunicación, en los partidos políticos, en las instituciones que velan por la infancia, entre los cazadores, pero no, no ha sido así. Nos encontramos con uno de los colectivos de este país más depravado emocionalmente. Incapaces de entender más allá de la muerte. Porque la muerte y sólo la muerte es el lenguaje que hablan, el lenguaje en el que disparan. Mejor dicho, en el que NOS DISPARAN. Porque la destrucción que dejan va más allá de la temporada de caza. Más allá de los animales que matan, más allá de los perros que abandonan o matan también.
La caza ha roto el equilibrio ecológico de nuestra fauna. La caza mata nuestros ecosistemas. Elimina a las especies para introducir otras, según les conviene. Más de 270 especies se han extinguido. Se estima en 300 millones de cartuchos los que se disparan cada temporada. Más de 5000 toneladas de plomo queda en el campo, en los montes, en la tierra que con la lluvia se arrastra hasta los ríos, provocando a su vez la muerte de miles de aves acuáticas. 

La caza es sin ninguna duda nuestro pasaporte a la prehistoria. Los cazadores son cementerios ambulantes. Cada uno de los dedos que aprieta para matar los convierte en pleno siglo XXI en furtivos del mundo. Perseguir, disparar y matar en el 2019 es algo injustificable. Es delincuencia ética y medioambiental. Es la derrota de la evolución en estado puro. 

Y aunque sea difícil denunciar una y otra vez las consecuencias que la caza deja, en lo que significa, no dejaremos de hacerlo. Porque somos habitantes de un mundo que necesita sobrevivir a quienes tienen las manos manchadas de sangre y de prehistoria. 

Decir No a la Caza es decir Sí a la Vida y Sí al siglo XXI.
Decir No a la Caza es velar por la supervivencia de un Mundo en declive, un mundo en continua destrucción.

Performance No A la Caza 2019
Texto: Marta Navarro García
Voz: Albino Hernández Herranz
Montaje vídeo: Ariel Heredia Pacheco

¡¡¡QUE NO TE ENGAÑEN!!!

¡¡¡QUE NO TE ENGAÑEN!!!

Últimamente escuchamos a los cazadores decir que ellos son los que erradican “las plagas” de animales que tanto nos afectan a los agricultores y a los urbanitas, no solo de jabalíes, también de conejos, de zorros, de gamos, corzos, etc.

Y claro, que podemos decir ante esto si nos encontramos jabalíes en las puertas de nuestras casas, conejos en parques y rotondas, corzos que saltan en cualquier punto de la carretera.

Animales que destrozan los cultivos de los agricultores muchos de ellos también aficionados a salir a matar con la escopeta. Que sí, que hay sobrepoblación de animales.

Pero que no os engañen, un gran número de esos animales que encontramos y que los cazadores denominan plaga son animales criados por y para los cazadores. Jabalíes que arrasan campos de cebada, maizales, los que vemos en nuestros parques sin miedo al humano levantando el césped, los conejos que arrasan trigales, los que vemos viviendo en las rotondas, los corzos, venados, etc que tanto daño causan a los agricultores, que se comen los viñedos o los castaños, muchos son criados en granjas y soltado para darles caza.

Pongamos de ejemplo los datos encontrados en esta web sobre las granjas de conejos de monte:

https://asescu.com/wp-content/uploads/2018/03/Comercializacion187.pdf

En 2017 en España había 306 granjas de conejos de monte con una media de 430 conejas reproductoras las cuales tienen una media de 18 gazapos al año. Esta simple cuenta nos da que en España cada año se crían para soltar y cazar en nuestros montes 2.368.440 conejos

Caso 2,4 Millones de conejos de monte que son criados en granjas!

¿Quiénes son culpables de la sobrepoblación?

Lo mismo pasa con jabalíes, corzos, muflones, ciervos, perdices….

Según el artículo de Trofeo Caza “Perdices de granja son todas iguales” en España se sueltan para dar muerte a entre 3,5 a 5 millones de perdices y más de 100.000 faisanes.

En definitiva creemos que los cazadores y sus ansias de tener más animales delante de sus escopetas son en parte culpables de sus denominadas plagas, de los destrozos en muchos de los cultivos de nuestros campos y de los accidentes de tráfico con animales.

¡NO A LA CAZA! ¡QUÉ NO TE ENGAÑEN!

3F, NO A LA CAZA: gracias

3F, NO A LA CAZA: gracias

Por masiva que haya sido la asistencia, no cabe el término éxito cuando millones de animales salvajes y miles de perros, reducidos a la condición de utensilios, perecen cada año a consecuencia directa de la actividad cinegética. Si el primer paso era hacernos oír, al menos en eso nos sentirnos satisfechos/as. Seguirán matando mientras quienes pueden no dicten normas que lo penalicen, pero ahora ya saben que tienen en contra a un cada vez más extenso sector de la sociedad, incapaz de permanecer indiferente ante la masacre. Seguimos, conscientes de que aún no hemos logrado nada. También seguros de que con vuestro apoyo, un día no muy lejano la caza y toda forma de maltrato animal se convertirá en un triste recuerdo del pasado. A nuestro favor reman el tiempo y la razón. A todos/as los/as que lo habéis hecho posible: gracias.

#NoAlaCaza3f

LA ÚLTIMA LIEBRE

LA ÚLTIMA LIEBRE

LA ÚLTIMA LIEBRE

Más que la muerte duele quien la causa.
Las manos que hasta ayer te acariciaban,
la voz que estimulaba tu carrera sin freno,
la que te recogía tras horas de extenuación.
Los ojos que siempre te observaban,
esa estafa cruel a la que llamaste afecto.

Más que las heridas sangra la hipocresía,
la falsedad, la doblez, el fariseísmo, el dolo,
el engaño, el embuste, la comedia, el cuento.
Tú capturabas la presa, él se quedaba el trofeo.
La perpetua falacia del cazador galguero:
presumía de nombrarte camarada; era tu dueño.

Más que el abandono hieren las palabras:
campo, deporte, naturaleza, medio rural;
amor, apego, empatía, aprecio.
Frases huecas, oraciones sin Dios ni lealtad.
Siempre fue perversión de mercaderes
administrar con indecencia la semántica.

Más que la horca homicida, mata el olvido.
Cuatro años y ya no sirves. Un subproducto,
un residuo. El desecho de un trastorno. El suyo.
Ayer, un atleta, un gran campeón, un ídolo; hoy
nada. Unos veinte kilos de carne en canal
para el contenedor rojo de los sueños perdidos.

Mientras la soga aún asfixia tu garganta
el criminal se aleja con pérfida impunidad.
En el horizonte —azul de frío—, una liebre,
la última. Por azar se cruzan vuestras miradas.
Una postrera enseñanza, una lección magistral:
el instinto os engañó, no era el otro el enemigo.

Rafa Hernández